8 de junio de 2015

TU A CARACAS Y YO A MONCLOA


Recuerdo que hace seis años Hugo Chavez visitó Madrid y pidió que la comitiva parase en la puerta de La "Casa del Libro" de la Gran Vía madrileña. Salíó al cabo de hora y media esgrimiendo un ejemplar de "El Capitalismo funeral" de Enrique Verdú. Se marchó camino del aeropuerto conduciendo su coche con el presidente de Repsol de copiloto. También recuerdo que en 2013, ya fallecido, destacadas figuras de la izquierda española, representantes diplomáticos en España de países de la Alianza Bolivariana para Nuestra América (Alba), así como organizaciones sindicales, le rindieron homenaje en Madrid en la sede de Comisiones Obreras. El acto de homenaje celebrado se convirtió también en una muestra de apoyo de la izquierda española a su "heredero", Nicolás Maduro, ante las inminentes elecciones presidenciales venezolanas.

En un discurso ante los asistentes al acto, Cayo Lara declaró que "No pensaba nunca que iba a ver al Príncipe de España haciendo guardia a la espada de Bolívar", tal y como sucedió en los funerales de Chavez.

Salvo estas dos ocasiones el tema venezolano ha pasado desapercibido para los españoles de a pie, solo la llegada de Podemos ha situado a Venezuela como noticia diaria en todos los medios. Las críticas vertidas hacia el régimen bolivariano de Maduro tratan de ser demoledoras en aras de desacreditar, si es posible hasta su desaparición, a la formación de Pablo Iglesias. Esa nueva formación que sin ni siquiera tener en su manos la punta de la manta ya ha tirado de ella y ha hecho posible que el mapa politico español se esté redibujando día a día. Los españoles quieren un cambio y ese cambio pasa por arrebatar el poder a los dos partidos que se lo llevan repartiendo desde hace decenas de años.

El PSOE en las últimas elecciones ha recibido un torpedo muy cerca de su línea de flotación y anda desesperado buscando la manera de recuperarse y así poder aprovecharse de la caída sin paliativos del Partido Popular, parece ser que la estrategia de Ferraz es volver a esa izquierda que hace tanto tiempo abandonó. Necesita distanciarse y al mismo tiempo acercarse a los planteamientos de Podemos y también le es imprescindible llegar a acuerdos, unos necesarios acuerdos que impiden que el PSOE lance toda su artillería sobre el eje de la vinculación al chavismo de los líderes de Podemos, tal y como hace el Partido Popular. Unos ataques a Venezuela que de ninguna manera se produjeron hace dos años cuando el gobierno de Rajoy puso en manos del mayor banco venezolano (Banesco) todas las Cajas gallegas fusionadas en Nova Galicia. El estado español, todos nosotros, pusimos 9.500 millones de euros para sanear al grupo de cajas, el venezolano Banesco vino luego y se lo quedó todo por 1.003 millones.

Pedro Sánchez necesita a Podemos y por tanto sus ataques necesitan ser muy medidos, casi imperceptibles. En esta difícil tesitura ha optado por utilizar a Felipe Gonzalez para que, supuestamente a nivel exclusivamente personal, desde una también supuesta defensa de los opositores venezolanos Maduro sea desprestigiado ante la opinión pública española, y con él Pablo Iglesias y compañía. 

Felipe Gonzalez no ha podido resistir la tentación y ha aceptado el encargo, sin pararse a pensar que no es el mejor embajador de paz y concordia que se puede enviar a América Latina y menos aún a Venezuela. En el haber de Gonzalez hay demasiados episodios negativos relacionados con Latinoamerica. No se pueden olvidar sus maniobras con el entonces miembro de la Junta Militar Argentina, almirante Eduardo Massera, para crear el partido "Democracia Social", integrado a la Internacional Socialista. Maniobra que fracasó estrepitosamente, no sin que antes González presentara a Massera como socialdemócrata. Dichos datos salieron a la luz en la causa instruida por el juez Garzón contra la dictadura Argentina. Publicitados por el equipo Nizkor y el periódico argentino La Nación.

Tampoco puede escapar a la memoria de los venezolanos, y bien vendría que de los españoles tampoco, que (1) "durante la dictadura de Videla, Felipe González condecoró a varios militares. Entre otros, al almirante Rubén Franco, condenado posteriormente a 25 años de cárcel por participar en el secuestro y apropiación de hijos de desaparecidos, con la Gran Cruz de la orden del merito aeronáutico. Asimismo, no tuvo escrúpulos en convertirse en fiador para la venta de armas a las dictaduras latinoamericanas. Sólo en el Chile de Pinochet, entre morteros, lanzacohetes, ametralladoras, aviones de entrenamiento, helicópteros, en el año 1983, los beneficios superaron los 80 millones de dólares. No es de extrañar que pidiera la libertad de Pinochet con tanto ahínco tras su detención en Londres, sin olvidar que en los años 80 recomendó a Ricardo Lagos que fuese Pinochet el timonel de la transición. La visita de ministros de Pinochet a España para asesorar las privatizaciones, la reforma laboral y abrir las puertas a Telefónica, Iberdrola, Endesa, Repsol, Santander, BBVA, en Chile fue una constante. Felipe Gonzalez financió la contra nicaragüense, apoyó el informe Kissinger y negó apoyo al FDR-FMLN en El Salvador". Sus estrechas relaciones con Carlos Slim tampoco ayudan.

En cuanto a temas relacionados con la acciones  represoras de las que se acusa a Maduro de llevar a cabo contra la oposición,  no debería olvidar Gonzalez la guerra sucia contra la izquierda abertzale y ETA que se llevó a cabo en España siendo presidente de gobierno, con un resultado de 27 personas asesinadas, un episodio que sigue sin aclararse convincentemente desde 1985. 

(2) Ya en 1.989, el Comité de Encuesta sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Europa (CEDRI), elaboró un duro manifiesto en el que denunciaba la deriva totalitaria y el “terrorismo de Estado” implementado por el Gobierno de Felipe González con las siguientes palabras: “el GAL con su cadena de crímenes, su impunidad y sus evidentes raíces en las más altas instancias del Estado, descubren los cimientos enfermos de la democracia española y la verdadera credibilidad de sus instituciones y gobernantes”.

Tampoco el pretendido carisma de Gonzalez está en sus mejores momentos, aunque los USA le hayan animado a intervenir en Venezuela. Ya quedan lejos los años en los que Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña le utilizaron y financiaron para garantizarse a perpetuidad el anticomunismo instaurado por Franco. El primer paso fue en Suresnes en 1974 cuando le auparon a la Secretaria General, le siguió el abandono del marxismo y la comunión con la socialdemocracia europea en el Congreso de 1976.

Lo de Gonzalez y Venezuela quedará en nada, pero Pedro Sánchez debería explicar los motivos por los que no ha impedido la visita de Gonzalez, adhiriéndose al acoso y derribo del régimen venezolano con el único fin cierto de impedir el ascenso de Podemos.

Benito Sacaluga.


(1) La Radio del Sur
(2) “La CIA en España”(Editorial Debate),Germán Gorraiz López.

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