30 de julio de 2018

AZNAR CABALGA DE NUEVO




La sola contemplación de una foto de Aznar me produce una gran desazón, o lo que es lo mismo, desagrado, intranquilidad, zozobra..., verle y oirle al mismo tiempo me hace sentir asco, vamos que no le aguanto ni en pintura. 

Aznar nunca quiso dejar de ser el presidente del Gobierno, es cierto que no se presentó a la reelección, pero no nos dejemos engañar, antes de irse designó a su sucesor y lo hizo en una de las personas más mediocres de su partido. Lo hizo en la creencia de que podría manejarle a su antojo y así seguir ejerciendo el poder desde un segundo plano, Aznar sería el cerebro y Rajoy un títere en sus manos. Nadie puede imaginarse a Aznar perdiendo voluntariamente el poder.

Pero Aznar se equivocó, no tuvo en cuenta que los mediocres se vienen arriba en cuanto se les da una gorra, unos galones o un pito, no digamos ya si se les pone a presidir un partido politico. Cuando Aznar se dió cuenta de su error, que fue inmediatamente, se refugió en su cuartel de Faes, para desde allí torpedear la labor de Rajoy y organizar una nueva estrategia de cara a colocar al frente del partido a su bienamado pupilo Casado.

A diferencia de Rajoy, Casado cumplirá a rajatabla las instrucciones de Aznar. Si Rajoy era mediocre, Casado es un incapaz y lo sabe. Rajoy no sabía de las intenciones de Aznar cuando le puso al frente del partido, Casado las conoce a la perfección y acatará las órdenes de Aznar sin rechistar. Rajoy no admitió ser un títere, Casado hace años que lo asumió. Solo hace falta ver la foto de Aznar y Casado en el despacho de Genova, nada más resultar elegido Casado, para darse cuenta de quién va a dirigir el PP desde ya.

Aznar, siempre fue la reencarnación del Guerrero del Antifaz, ese personaje de cómic con el que el franquismo enalteció la furia patria durante casi 35 años, un Guerrero cuya única misión era la Reconquista de España en tiempos de los Reyes Católicos, ahora el traje completo, la cota de malla, la espada y el antifaz, se lo ha prestado Aznar a Casado, y Casado sabe que si no hace buen uso del uniforme Aznar se lo quitará en un abrir y cerrar de ojos.

Lo dicho, El Guerrero del Antifaz, es decir Aznar, cabalga de nuevo, esta vez a lomos de Casado, y Casado se apresura a poner en marcha una nueva "cruzada", esta vez contra los inmigrantes africanos. A Casado ya solo le falta la foto con Trump con los pies encima de la mesa. Al tiempo.




Benito Sacaluga.






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