22 de agosto de 2019

VAYAMOS A ELECCIONES




A estas alturas de la movida, después casi cuatro meses desde que el PSOE ganara las últimas generales, seguimos sin Gobierno gracias a que Pedro Sánchez se niega a aceptar, sin justificarlo debidamente, las propuestas que Unidas Podemos le pone encima de la mesa para votar favorablemente en su investidura como presidente de este peculiar país, un país que nunca se quedará paralizado por la ausencia de un Jefe del Estado, el cargo es hereditario, cosas de esta imperfecta democracia en la que vivimos, pero que lleva más de un año sin un presidente de Gobierno electo.

Los súbditos ya hemos votado, pero los políticos, con la colaboración inane del impuesto Jefe del Estado, juegan con nuestros votos en aras de intereses partidistas, esa es la realidad.  Ver y oír a los representantes de los partidos políticos es algo parecido a los repartos de territorios entre mafiosos que tantas veces hemos visto en las películas sobre mafias y demás sucedáneos. En esta ocasión Sánchez y los suyos no están dispuestos a ceder ni un solo centímetro de sus "territorios", y como mucho verían bien una especie de acuerdo sobre como llevar el negocio. Patético.

Está claro que en España lo que mola es el bipartidismo, ocho años tú y ocho años yo para hacer lo que nos venga en gana, siempre al dictado de los intereses económicos. Ahora que tanto PP como PSOE ya no pueden conseguir mayorías absolutas, ambos se afanan en buscar "socios" sin tener en cuenta sus ideologías y sus proyectos, lo importante es acceder al poder, luego ya veremos, al fin y al cabo los que pagaremos el pato seremos los de siempre, también aquellos que han votado a unos y a otros. 

Nadie duda, y el que lo haga lo hace con  la boca chica, que Sánchez estaría encantado con el apoyo de Ciudadanos. Una sola llamada de Rivera a la Moncloa provocaría el descorche de varias cajas de botellas de cava. Social demócratas y liberales juntos y de la mano, mientras la verdadera izquierda vuelve a ser nuevamente condenada al pataleo.

Lo curioso, y a la vez insoportable de este asunto es que los ciudadanos y ciudadanas de izquierda, de la verdadera izquierda, no den un golpe encima de la mesa y se acabe de una vez con esta situación. Movilizarse es la solución. Son necesarias una nuevas elecciones.

Una nuevas elecciones en las que los votantes de izquierda, también los de aquellos que siendo votantes del PSOE están viendo la verdadera cara del partido, consigan que las urnas den mayoría a la izquierda, y de paso le digan al PSOE que con los ideales no se juega, tampoco con las ideas y mucho menos con los votos.


Benito Sacaluga


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