28 de diciembre de 2013

PROHIBIDO ABORTAR





España está a punto de alcanzar el equilibrio económico, ya debe casi tanto como produce. El actual gobierno ha culminado con  éxito la senda emprendida por sus antecesores. Los ministros no dicen nada, pero en el fondo se sienten orgullosos del logro alcanzado, por fin estamos como en 1898.  Todos ellos han aportado algo a nuestro día a día, nuevas leyes nacidas desde la mayoría absoluta nos han marcado como tiene que ser nuestra sanidad, nuestro contrato trabajo, nuestra educación, nuestro sueldo, nuestro comportamiento fuera de casa y otras muchas más cosas. Al parecer todo estaba mal. La última perla de este gobierno totalitario donde los haya, la guinda del pastel para que nuestra situación sea comparable a la que existía en España a finales del XIX, la ha puesto el ministro de Justicia cargándose de un plumazo la vigente ley sobre aborto.

Espinoso tema éste sobre el cual un hombre debe tomar precauciones para opinar sin meter la pata, y aún así casi siempre acabamos metiéndola. Es un tema tan delicado y tan exclusivo de la mujer que ni tan siquiera deberiamos opinar sobre él, ni a favor ni en contra, y mucho menos legislar sobre el mismo. Para mi la postura correcta es dejar a la mujer que actúe según lo que le dicte su conciencia a la vista de las consecuencias y circunstancias que rodeen tanto el aborto como la continuidad con el embarazo y que el estado y la sociedad respeten su decisión. Hasta aquí llego, sin que me haga falta más para posicionarme decididamente en contra de la reforma que el gobierno va ha efectuar.

El gobierno justifica la nueva ley alegando que iba en su programa electoral y que por tanto se ven obligados a cumplir con la promesa dada a los millones de votantes que les dieron su confianza, pero....¿no es su obligación gobernar para todos? Muchas cosas se prometieron pero ninguna se ha cumplido a excepción de la que afecta al aborto,  y ésta además a medias.

La voluntad de modificar la ley del aborto va efectivamente en su programa electoral, página 108, Medida 06:
La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores.
sin embargo dicha promesa queda parcialmente incumplida, solo sobre la regulación sobre el aborto han actuado y en cambio la maternidad sigue esperando medidas de apoyo. Tampoco cumple con lo prometido en su Medida 12, página 109:
Promoveremos un mayor reconocimiento de la aportación a la natalidad de las mujeres en el sistema de pensiones.
Un programa electoral el del Partido Popular cuyas 214 páginas deberían ser objeto de un profundo análisis por si fuese constitutivo de un delito de estafa colectiva, y que pueden descargarse en este enlace  para comprobar hasta que punto se ha engañado a aquellos que finalmente les votaron, si es que alguien se leyó el programita.

Promesas aparte, escusas aparte, lo que esta haciendo el Partido Popular sin duda estará llenando de gozo al dictador, eternamente vivo y en la gloria. Entre la reforma laboral, la ley de seguridad ciudadana, la ley de educación y la ley del aborto, el general estará orgulloso de sus herederos y solo le faltará que se quite el derecho de voto a las mujeres y que a Artur Mas se le acuse de rebelión y se le fusile contra alguna tapia para dar por terminada su segunda cruzada.

El ministro de justicia ha acometido el encargo de Rajoy con entusiasmo y diligencia, sin darse cuenta de que con esta ley que el impulsa Rajoy mata dos pájaros de un tiro, por un lado contenta a la derecha ultraconservadora y al Vaticano y por otro deja a Gallardón sin futuro político. En el Congreso lo van a freír y en la calle se lo van a comer. De aquí a Iberdrola y santas pascuas Alberto. Un problema menos.

Ayer, mi amiga Pepa Martinez, una mujer comprometida con la verdad, la libertad y la justicia, me ha hecho llegar un artículo de Juan José Millas que copio a continuación:

Gallardón, el emperador de los úteros. Parece una cosa medieval. La historia de un hombre que sueña con pastorear el órgano reproductor de las hembras. Y que lo consigue. ¿Hay perversión mayor? Poseer un corral del tamaño de un país en el que permanezcan encerradas las vaginas de las mujeres, sus matrices, sus trompas de Falopio, los óvulos que desde las trompas ruedan hasta esa dimensión sagrada (“el aborto es sagrado”); tomar venganza de no haberse dado a luz a sí mismo; regresar, ahora como tirano, al paraíso del que se fue desalojado al nacer. Y sin el peligro de acabar en la cárcel como esos monstruos que raptan a las jóvenes y las reducen en sus sótanos a un ganado doméstico; como esos piernas sin educación que las animalizan hasta que las chicas logran asomar una mano por la ventana para escándalo de las sociedades biempensantes, que tanto hacen sin embargo para favorecer la dominación descrita más arriba.
No, no. Las cosas bien hechas: desde el corazón de la ley, desde la autoridad que proporciona ser el ministro de Justicia y exhibiendo, por si fuera poco, maneras de cardenal, de príncipe, manifestándose con el cinismo propio de un monseñor Camino. Desde esa inviolabilidad civil y eclesiástica a la vez, domesticar el sexo de ellas. Colocar una frontera de concertinas entre la voluntad de las mujeres y su vientre. De aquí hacia abajo, todo mío, de mis jueces, de mi capricho, de mis policías, de mis desórdenes venéreos, de mis fantasías más negras, de mis frustraciones menos confesables. Todo este territorio, desde la cintura hasta el nacimiento de los muslos, me pertenece ahora sin peligro porque yo soy la ley y porque me gusta la música y porque soy culto y porque pertenezco a una de las mejores familias del franquismo. Y porque a ver quién se atreve, con lo demócrata que parezco, a rechistarme.
Pues si, fascismo progresista, digo yo.

Benito Sacaluga




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