26 de mayo de 2014

CONTANDO VOTOS




Ayer pasé el día como vocal en la mesa electoral de un colegio situado en un barrio obrero madrileño, los comentarios de los votantes y la cara de pocos amigos de los apoderados del PP y del PSOE que deambulaban por allí anunciaban la muerte del bipartidismo y con ella el renacer de la democracia con mayúsculas, muerte y renacer que de haberse conseguido una participación ciudadana más elevada habría convertido el día de hoy en una gran fiesta para la clase trabajadora. Representantes del PSOE deprimidos y representantes del PP profundamente cabreados; estos últimos profusamente adornados de los signos externos y la vestimenta que les identifica hasta tal punto que no era necesario mirar la acreditación que les colgaba del cuello para saber que eran los representantes de ese partido de extrema derecha que ha sido y es el Partido Popular, unamos a esto su actitud ineducada y desafiante con los miembros de las mesas y cualquier posible duda sobre su ideología quedaba inmediatamente despejada. Si por ellos hubiera sido se habrían quemado las urnas. Con la jornada en su punto de inflexión, acompañado por los apoderados del PP hizo acto de presencia un individuo que parecía recién salido de la cafetería Galaxia, chaqueta blazier sobre polo amarillo, impecables vaqueros y mocasines de ante rojo con hebillas doradas recubrían al sujeto, 30 años, 1,90 metros de altura rematada con una decadente cabellera que engominada en su norte daba paso en el sur a unos estudiados y brillantes rizos, una bandera con piernas. El posfranquismo en su más fiel representación. No dijo nada, solo nos miró como quien mira a un posible enemigo y acompañado de su correligionarios abandonó el colegio alejándose al volante de un flamante bemeuve, imagino que con porra extensible en la guantera y bate de béisbol en el maletero.

Nuestro hombre pudo comprobar, sin duda, que las colas para votar estaban repletas de ciudadanos de clase humilde y que sus miradas de reproche no dejaban lugar a dudas de que había sido identificado como ese hijo de papá que no sabe ni sabrá lo que es vivir a golpe de sacrificios. Escondió su cara pulsera bicolor bajo la manga de su chaqueta y se fue, imagino que a la terraza de alguna cervecería de la calle Goya a calzarse junto a sus colegas una buena ración de gambas de esas de a trescientos euros el kilo y más de una jarra de cerveza de esas de a seis euros la unidad mientras que mirándose a través de los negros cristales  de sus Ray Ban se dedicarían a comentar sobre la enorme cantidad de chusma obrera que hay en "su" España.

Cuando contamos los votos el PP obtuvo el 23% de ellos, el resto de partidos votados, todos de izquierdas menos tres papeletas que mostraban en su logotipo el águila de San Juan, el yugo y las flechas, conseguían el 73% restante; en resumen un 73% de los votos depositados eran para la izquierda repartidos mayoritariamente entre PSOE, IU y Podemos y algo para ese híbrido conceptual que es UPyD. Sin embargo nos dicen desde Genova que el PP ha ganado las elecciones cuando en realidad solo ha sido el partido más votado cosa que no es lo mismo aunque se empeñen en hacérnoslo creer. En apoyo de lo que acabo de escribir solo he de recordar que la democracia es el gobierno de las mayorías y ayer las mayorías estaban representadas por la izquierda, una izquierda que unida y en el caso de que las elecciones hubiesen sido unas generales habrían colocado al PP en la oposición y completamente alejado de cualquier expectativa de recuperación diferente a un golpe de estado. Unamos a esto el triunfo de la opción republicana en Cataluña y concluiremos que hoy en Zarzuela y en su principesco palacete colindante no deben haber disfrutado demasiado del regio desayuno habitual.

Si la izquierda española no reacciona y aquí debo incluir como tal a las bases del PSOE, sin duda presenciaremos un matrimonio entre PP y PSOE, una unión condenada al fracaso pero que les permitirá seguir cometiendo las tropelías a las que ambos nos tienen acostumbrados para que, además, finalmente su caro divorcio sea a cargo nuestro.

En Francia ha ganado la extrema derecha, el PP lo celebrará a escondidas al mismo tiempo que estudiará la forma de aproximarse a ella sin que se note en España. Los socialistas franceses consideran como muy grave que la extrema derecha haya triunfado, en España los socialistas estudian la forma de coaligarse con la extrema derecha española, con el PP. Puede que España siga siendo "diferente" pero los españoles no deberiamos permanecer impasibles ante el engaño y menos aún si nuestro voto se utiliza como moneda de cambio entre los mercaderes del poder.

Benito Sacaluga.










2 comentarios:

  1. Esperemos que aunque sigamos bailando con ratas, pronto consigamos la República, lo comparto en mi página de FacebooK, España por la República

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    1. Conseguirlo es nuestra obligación, es cumplir con el legado que nos dejaron todos los héroes que dieron su vida por la libertad. Änimo y un saludo.

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