Pablo Iglesias Posse |
Para intentar justificar lo anterior basta con escuchar las recientes opiniones que, sobre la postura a adoptar por el PSOE de cara a la investidura de Rajoy, lanzan significados miembros del partido socialista. Con Felipe González a la cabeza del pelotón son numerosos los opinadores. Corcuera, Eligio Hernández, Leguina, Guerra,.... cargan contra Pedro Sánchez desde su dorada jubilación, otros lo hacen desde su mullido sillón autonómico, caso de Fernández Vara y demás colegas de baronía regalada, cuya intención de seguir en el puesto supera con creces su ética. Para terminar nos encontramos con Susana Díaz, que de momento callada y fiel a lo que C's le impone en Andalucía trata de pasar inadvertida, cuando todo el mundo sabe que hace tiempo sueña con la Secretaria General del partido.
“Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes” |
Lógicamente hay excepciones, sirva el ejemplo de Pérez Tapias, un prestigioso profesor de filosofía, Decano en la Universidad de Granada, que bien podría inculcar nociones de socialismo y de ética a muchos de los que los que en el PSOE se cuelgan medallas, desde luego falta les hace.
Que quieren que les diga, a mi me parece absolutamente coherente la postura de Pedro Sánchez, que no del PSOE, de negarse a facilitar, por activa o por pasiva, el nombramiento de Mariano Rajoy como presidente del gobierno. Un excelente manera de que la ética y el compromiso con lo prometido renazcan en el seno del PSOE, aunque el precio a pagar sea elevado mucho más caro para el PSOE será renunciar, una vez más, a los principios básicos del socialismo, ya saben: la búsqueda e implantación del bien común y la igualdad social, principios que el Partido Popular siempre ha pisoteado y además hasta la extenuación en los últimos cuatro años.
Acabo de leer un artículo de Javier Aroca, su título "Los irresponsables". en el que se aborda la continua y machacona postura del PP, C's y los medios afines de calificar como irresponsable la postura actual del PSOE, artículo con el que estoy decididamente de acuerdo. Copio y pego un fragmento:
Desde ya, a partir del inane acuerdo entre la paleo y la neoderecha, los responsables serán los que aseguren que todo siga igual, la economía, los recortes, el servilismo a los poderes económicos y financieros europeos, la corrupción, cuya extirpación pretende encabezarla un señor que no ha dado aún explicaciones de las propias y que lidera un partido, estimado como asociación para delinquir por la justicia, pendiente de sentarse en el banquillo. Los irresponsables son los que quieren que esto cambie. Los que le dicen, no y no, a más de lo mismo y creen que puede haber una vida sana, responsable y patriótica sin Rajoy y los suyos . Hay un punto intermedio: los abstencionistas, no sé si con la nariz tapada o a pulmón. La nueva terapéutica del poder considera responsables a los que así actúen.
En este teatro del absurdo en que se han convertido las elecciones en España todo cabe. Si en la obra de Pirandello eran los personajes de una obra ya escrita los que andaban a la busca del autor que les escribiera sus papeles, el guión, algo parecido ocurre en el PSOE, y ocurre por la sencilla razón de que han olvidado (voluntaria, interesada y equivocadamente) el guión que se escribió a finales del siglo XIX. Un guión sencillo basado en una clara premisa: Ser un partido de clase obrera, socialista y marxista. Tres virtudes que se mantuvieron como irrenunciables durante 100 años y que todas ellas en, 1974, se encargaron de lapidar Felipe Gonzalez, Guerra, Benegas, Bustelo y Castellano,... todos ellos a las órdenes de Brandt, Mitterrand y Pittermann.
No estaría mal que el PSOE además de ser responsable con lo mantenido en las dos últimas campañas electorales, comenzara a serlo también con los principios que justificaron su fundación. De momento, impedir a cualquier precio que el Partido Popular siga gobernando sería un buen comienzo, y para ello deberá buscar apoyos, que haberlos haylos.
Benito Sacaluga.
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