19 de marzo de 2020

LA FOSA COMÚN DE LA REPÚBLICA





Llegada del Gobierno Provisional, para la apertura
 de las Cortes Constituyentes, 14 de julio 1931.

Imagen: congreso.es
El dictador acabó con la democracia en España y acabó con la forma de estado del país, acabó con la República Española, dejando sus restos en el interior de una enorme fosa común, cavada a lo largo y ancho del país. De nada ha servido la vuelta a la democracia, a una democracia imperfecta que ha colocado a un monarca en la jefatura del estado siguiendo fielmente los deseos del dictador.

La República sigue en su fosa, y así como en 2007 se legisló para que se pudieran iniciar las acciones necesarias encaminadas a la recuperación e identificación de tantos miles y miles de cuerpos desaparecidos, nada se ha hecho desde 1975 para recuperar los principios de todos y cada uno de aquellos que fueron asesinados y arrojados a las entrañas de la tierra y del mar, todos ellos murieron por la República y, evidentemente, su muerte, ademas de generosa, parece que ha sido en vano.

Asociaciones, organizaciones, pequeños partidos locales, redes sociales..., gritan sobre la fosa de la República, la llaman para que vuelva, pero solo con gritar no se abrirá la tierra que la cubre. Una tierra que se endureció a causa de las millonarias pisadas de las botas fascistas, una tierra sin airear, compacta y terrible.

Desde 1975 no hay un dictador en la Jefatura del Estado, sería lógico pensar que en aquel año España hubiese vuelto a ser republicana, pero no fue así. Y no lo fue, por la sencilla razón de que así lo decidieron nuestros politicos mientras que el pueblo se conformaba, aliviado por el fin de la dictadura.

Sin apenas darnos cuenta, nuestra Constitución convertía España en una monarquía, nadie nos preguntó y muy pocos se quejaron. La oligarquía franquista siguió a lo suyo, la Iglesia mantuvo sus privilegios y el PSOE renunció a luchar por la reinstauración republicana. Ya lo había advertido en 1962, cuando Rodolfo Llopis durante el IV Congreso del Movimiento Europeo, celebrado en Munich, le pidió a  Joaquín Satrústegui que transmitiera al Conde de Barcelona lo siguiente:
El PSOE tiene un compromiso con la República que mantendrá hasta el final. Ahora bien, si la Corona logra establecer pacíficamente una verdadera democracia, a partir de ese momento el PSOE respaldará lealmente a la Monarquía.
Ya veis, para el PSOE, ya entonces, una verdadera democracia podía estar bajo el manto de una monarquía, algo incongruente por muchos calificativos y funciones que a una monarquía se le quieran poner y un gran agravio para todos los españoles que dieron su vida por la República.

Los españoles somos, la mayoría, olvidadizos por naturaleza, y hoy ya casi no recordamos que el PSOE, con Felipe González a la cabeza, estuvo gobernando España con amplias mayorías desde 1982 hasta 1996. Un periodo suficientemente extenso para haber puesto los primeros mimbres de la nueva república, pero no lo hizo, ni tan siquiera se le pasó por la cabeza al tandem González-Guerra, algo que las bases consistieron sin rechistar elección tras elección.

La búsqueda, localización, exhumación y dignificación de las víctimas del franquismo se está haciendo gracias a una Ley impulsada por el PSOE (52/2007), ley que debidamente retocada permitió sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos, en ninguno de los dos casos se hizo necesario un referéndum, sin embargo la República sigue en su tumba, una tumba anónima excavada a lo largo y ancho de todo el país y llena hasta los bordes de sangre republicana, de ideales de libertad y justicia, de compromiso con la igualdad, unos ideales, unos principios, que por ser universales no necesitan de ningún referendum para su aceptación. La libertad no puede ser cuestionada y por tanto su ejercicio no puede ni debe someterse a consulta.

A pesar de que ha transcurrido mucho tiempo, 45 años desde que murió el dictador, los españoles no están preparados aún para juzgar objetivamente el franquismo, y mucho menos a la monarquía. Tampoco se les puede pedir que lo estén después de 40 años de nacionalcatolicismo y otros 42 de monarquía. Según lo anterior un referendum monarquía-república sería hoy un arma de doble filo. Ni conviene ni es necesario, sobre todo si tenemos en cuenta, si asimilamos, que la República es un derecho.

No es necesario porque tenemos en nuestras manos potentes herramientas para restablecer el orden que imperaba en España en 1936, orden que fue ultrajado y eliminado por la fuerza de las armas y la sinrazón. Si realmente queremos desprendernos del franquismo de forma definitiva, se hace imprescindible dejar sin validez sus leyes orgánicas, entre las que se encuentra la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947, una ley que fue sometida a referendum, aprobada en uno de los "pucherazos" de la historia del régimen por más del 93 por 100 de los votantes, con sólo una abstención del 18 por 100. Aprendamos de la Historia.

Derogando la citada ley, que además de confirmar a Franco como jefe vitalicio del Estado, declaraba a España como un Estado católico, social y representativo, que se declaraba Reino y reservaba a Franco el derecho de nombrar sucesor, desaparecería de un plumazo la actual monarquía, España dejaría de ser un reino y el sistema republicano volvería a esperanzar los corazones de las clases trabajadoras. Ni que decir tiene que con la caía de la ley citada quedaría sin ningún efecto su amparada Ley 62/1969 por la que el dictador designa,  a título de Rey, al príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón como su sucesor en la Jefatura del Estado.

La forma de recuperar a la República debe ser, como lo fue en 1931, democrática, lo que no significa que tenga que ser a través de un referéndum. Debe ser impulsada por el pueblo a través de sus representantes democraticamente electos. Visto lo visto durante más de 40 años, los partidos de la derecha, la extrema derecha y la mayor parte de la izquierda, en la que incluyo sin duda al PSOE, ni han estado ni están por la labor republicana... y representan una mayoría absoluta en el Congreso y Senado. Estas mayorías son las que hay que cambiar.

Si realmente queremos la reinstauración de la República debemos apoyar, sin escatimar esfuerzos, a las fuerzas republicanas organizadas, y así, sentarlas en los escaños de Congreso y Senado en las próximas elecciones generales, y al frente de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en las Autonómicas y Municipales que se celebren, nos traerán la República de nuevo.

No puede haber República sin republicanos, hagamos un esfuerzo y convenzamos a los que aún no lo son, unos por desidia, otros por falta de información y formación, y llenemos las urnas de votos republicanos. Un republicano es un ciudadano comprometido para con los destinos de su país y sus gentes, no un súbdito plegado a las decisiones de los poderosos. Hagámoslo, votemos a partidos republicanos, démosles la mayoría suficiente, y desde ese momento España volverá a ser republicana y el pueblo español recuperará su soberanía.



Salud y República.


Benito Sacaluga











16 de marzo de 2020

BORBONES



22 de noviembre de 1975
“Juro por Dios y sobre los Santos Evangelios,
cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino
 y guardar lealtad a los principios que
informan el Movimiento Nacional”
Tanto se ha escrito sobre la corrupción de los borbones, desde que en el año 1700 desde Francia llegaran al trono de este país llamado España, que resulta difícil añadir algo más. No obstante se hace imprescindible que los ciudadanos españoles no olviden lo que esta dinastía supuso y supone.

Ahora que un nuevo escándalo borbónico llega a las cabeceras de todos los medios de comunicación, algunos españoles, muchos, se llevan las manos a la cabeza, sorprendidos y hasta recelosos de las informaciones que llegan sobre un rey que ya no lo es y sobre su heredero. Yo propongo que, ahora que estamos confinados en nuestras casas, nos demos a la lectura de alguno de los muchos libros y artículos que hay publicados sobre esta dinastía.

Lo que se está publicando sobre el delfín de Franco es solo la punta de un iceberg monumental, si la justicia profundiza en el asunto llegaremos a ser conscientes de la inmensa fortuna que está en manos de todos los miembros de la dinastía borbónica que aún respiran. Una fortuna que hemos pagado entre todos con nuestros diezmos e impuestos desde hace más de tres siglos.

Mientras que todo esto sucede, mientras que nuestros politicos y nuestros jueces buscan excusas para perpetuar esta monarquía, las clases trabajadoras ven como cada día su esfuerzo se dilapida en una institución obsoleta, una institución que nada puede aportar al pueblo.

Juan Carlos de Borbón debe comparecer ante la justicia y dar cuenta de su comportamiento y acciones, la justicia debe aplicar el Código que corresponda con todo su rigor, y además debe hacerse con prontitud y sin interponer esos indecentes muros protectores basados en una Constitución hecha a la medida de la corona. En el caso de Juan Carlos de Borbón, prestigiosos expertos afirman con rotundidad que su figura no es inviolable por mucho que el Art. 56-3 de la CE-78 lo quiera decir, sus actos llevados a cabo fuera de su cometido institucional son perfectamente juzgables, consideración que alcanza también al actual monarca Felipe de Borbón y Grecia.

Acabamos de conocer que Felipe de Borbón renunció hace un año a parte de la herencia paterna, concretamente al dinero existente en la Fundación "offshore"  Lucum  que le pudiera corresponder, un acto sin validez alguna, la renuncia es nula según nuestro Código Civil. En el fondo y en la forma un inaceptable lavado de cara, sobre todo si tenemos en cuenta que Felipe de Borbón hace tiempo que era conocedor de la situación y origen de los dineros de su padre, y además es beneficiario de ellos según consta en los papeles de dicha fundación; y es ahora, cuando el escándalo salta, cuando se nos pone digno, aprovechando además el desconcierto que a nivel general está provocando la epidemia que estamos padeciendo, un "borboneo" en toda regla.

También nos dicen que Felipe de Borbón ha quitado a su padre la aportación económica que la Casa Real le tiene asignada, una cantidad que, siendo inalcanzable para el resto de los mortales de a pie,  para Juan Carlos de Borbón es una minucia, máxime si tenemos en cuenta que el rey emérito vive en el palacio de la Zarzuela a cuerpo de rey, por supuesto a nuestro cargo. Ahí pretende Felipe de Borbón que quede todo.

Los españoles hemos transigido con un rey impuesto por un dictador al que admiraba y admira. Con una Constitución redactada bajo el ruido de los sables. Hemos mirado para otro lado ante una abdicación vergonzosa y vergonzante. Estamos soportando como rey y como Jefe del Estado a uno de los miembros de esa dinastía que tanto daño, y durante tanto tiempo, ha hecho al pueblo español. Un rey escondido ante los graves problemas por los que atraviesa el país. Un rey incapaz, siempre bajo sospecha, como todos los borbones, tanto los que han reinado como sus incontables familiares.

Desde el espacio republicano se clama, cada día con más fuerza, por la abolición de la monarquía en España. Hay varias opiniones sobre la forma de hacerlo, todas ellas viables y todas ellas nos convertirían, de la noche a la mañana como en 1931, en ciudadanos en lugar de súbditos, que es lo que ahora somos.

Se le atribuye a Valle-Inclán esta frase sobre Alfonso XIII:
“Los españoles han echado al último Borbón no por Rey, sino por ladrón" 
la verdad es que no estoy muy de acuerdo con D. Ramón María, no del todo, a Alfonso XIII se le echó de España por ser un rey nefasto, como todos los borbones...y además por ser un avezado ladrón, integrante de una dinastía corrupta hasta la médula.

En la situación actual de la monarquía, a la que hay que añadir el pluralismo que adorna nuestro arco parlamentario, del que además forman parte resistentes fuerzas republicanas, deberiamos aprovechar la ocasión y acabar de una vez por todas con esta forma política del Estado que nos impusieron en 1975, en cumplimiento de una ley franquista de 1947, ley que hizo posible que en 1969 el dictador Franco nombrara a Juan Carlos de Borbón su sucesor en la Jefatura del Estado, otorgándole al mismo tiempo la condición de Príncipe de España.

Dice un refrán español que "la ocasión la pintan calva", es decir, que las oportunidades hay que aprovecharlas cuando se presentan y además con diligencia. El primer paso es sentar a Juan Carlos de Borbón en el banquillo, al menos, y de momento, por evasión de impuestos.

Salud y República.



Benito Sacaluga





ASESINATO DE NIEVES CALVO VILLA, MILITANTE DE JUVENTUDES SOCIALISTAS UNIFICADAS




El Doctor en Historia Antonio Martinez Ovejero acaba de publicar un riguroso estudio sobre la represión franquista llevada a cabo sobre las mujeres en la Región de Murcia, titulado  "In memoriam de las mil mujeres víctimas de la violencia política franquista en la Región de Murcia". En total, 25 víctimas mortales y un buen número de encarceladas por largo tiempo.

Reproduzco a continuación parte del contenido de la página 9 de dicho estudio:

Nieves Calvo Villa, la primera mujer que fue concejala en el Ayuntamiento de Caravaca. La única mujer condenada a la pena de muerte y ejecutada en Caravaca.


(1) Nieves Calvo, 27 años, sus labores, tres hijos, casada con Antonio Pérez Carranza, el Gordo de la Estación, ferroviario y Secretario General del PCE en Caravaca.  Nieves militaba en las Juventudes Socialista Unificadas, fue nombrada concejal en agosto de 1936. 

Se le acusaba de intervenir en los asesinatos del Castillo, a través del testimonio de Gabriel Alcayna, que manifestó que: «oyó voces de mujer y le dijeron que eran de Nieves Calvo y Bartolomé Navarro», y que conocía los hechos por «rumor público y comentario popular».

Fue detenida en Castro Urdiales, el 30/05/1939, trasladada a la prisión de Caravaca y condenada a la pena de muerte, por el Tribunal Militar de Caravaca (Sumarísimo nº 5840), el 02/02/1940. La sentencia fue confirmada por el general Franco. 

Su marido había sido condenado y ejecutado el 20/10/1939, hacía 4 meses. Como estaba embarazada la ejecución se pospuso casi un año. Su hija Paquita nació en la cárcel. A pesar de ello, Nieves fue fusilada el 10/10/1940. Tres niños y una niña quedaron huérfanos de padre y madre, el mayor de 7 años.

En este caso, no había mujeres asesinadas, ni se le acusaba de ningún otro asesinato, simplemente de estar presente en el asalto al Castillo de Caravaca utilizado como prisión por el Frente Popular. Y la única prueba que se presenta es una declaración proveniente del rumor público. Este asalto fue llevado a cabo por grupos extremistas de la CNT y en menos medida por el PCE, la noche del 1 al 2 de octubre de 1936; parece que su marido Antonio Pérez Carranza sí estuvo presente. Allí fueron asesinados 13 caravaqueños de derechas. En respuesta, a partir de mayo de 1939, fueron condenados a pena de muerte 77 republicanos y fusilados 47, casi 4 veces más.

La venganza también estaba bien servida, pero parece que los jerarcas caravaqueños del régimen y los tribunales militares querían más. Tenían que fusilar a una roja, madre de tres niños y una niña, conscientes que dejaban tres huérfanos y una huérfana. Podían haberle conmutado la pena, rebajándola a 30 años. 

No le perdonaron ser mujer, ser dirigente de la JSU, ser concejala, ser referencia y modelo alternativo de vida para las mujeres del pueblo, y ser esposa del líder comunista de Caravaca. Este también es un claro ejemplo del carácter familiar de la represión franquista.


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