16 de marzo de 2020

ASESINATO DE NIEVES CALVO VILLA, MILITANTE DE JUVENTUDES SOCIALISTAS UNIFICADAS




El Doctor en Historia Antonio Martinez Ovejero acaba de publicar un riguroso estudio sobre la represión franquista llevada a cabo sobre las mujeres en la Región de Murcia, titulado  "In memoriam de las mil mujeres víctimas de la violencia política franquista en la Región de Murcia". En total, 25 víctimas mortales y un buen número de encarceladas por largo tiempo.

Reproduzco a continuación parte del contenido de la página 9 de dicho estudio:

Nieves Calvo Villa, la primera mujer que fue concejala en el Ayuntamiento de Caravaca. La única mujer condenada a la pena de muerte y ejecutada en Caravaca.


(1) Nieves Calvo, 27 años, sus labores, tres hijos, casada con Antonio Pérez Carranza, el Gordo de la Estación, ferroviario y Secretario General del PCE en Caravaca.  Nieves militaba en las Juventudes Socialista Unificadas, fue nombrada concejal en agosto de 1936. 

Se le acusaba de intervenir en los asesinatos del Castillo, a través del testimonio de Gabriel Alcayna, que manifestó que: «oyó voces de mujer y le dijeron que eran de Nieves Calvo y Bartolomé Navarro», y que conocía los hechos por «rumor público y comentario popular».

Fue detenida en Castro Urdiales, el 30/05/1939, trasladada a la prisión de Caravaca y condenada a la pena de muerte, por el Tribunal Militar de Caravaca (Sumarísimo nº 5840), el 02/02/1940. La sentencia fue confirmada por el general Franco. 

Su marido había sido condenado y ejecutado el 20/10/1939, hacía 4 meses. Como estaba embarazada la ejecución se pospuso casi un año. Su hija Paquita nació en la cárcel. A pesar de ello, Nieves fue fusilada el 10/10/1940. Tres niños y una niña quedaron huérfanos de padre y madre, el mayor de 7 años.

En este caso, no había mujeres asesinadas, ni se le acusaba de ningún otro asesinato, simplemente de estar presente en el asalto al Castillo de Caravaca utilizado como prisión por el Frente Popular. Y la única prueba que se presenta es una declaración proveniente del rumor público. Este asalto fue llevado a cabo por grupos extremistas de la CNT y en menos medida por el PCE, la noche del 1 al 2 de octubre de 1936; parece que su marido Antonio Pérez Carranza sí estuvo presente. Allí fueron asesinados 13 caravaqueños de derechas. En respuesta, a partir de mayo de 1939, fueron condenados a pena de muerte 77 republicanos y fusilados 47, casi 4 veces más.

La venganza también estaba bien servida, pero parece que los jerarcas caravaqueños del régimen y los tribunales militares querían más. Tenían que fusilar a una roja, madre de tres niños y una niña, conscientes que dejaban tres huérfanos y una huérfana. Podían haberle conmutado la pena, rebajándola a 30 años. 

No le perdonaron ser mujer, ser dirigente de la JSU, ser concejala, ser referencia y modelo alternativo de vida para las mujeres del pueblo, y ser esposa del líder comunista de Caravaca. Este también es un claro ejemplo del carácter familiar de la represión franquista.


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