24 de febrero de 2020

GALICIA, MÁRTIR



Ahora que Galicia anda metida de lleno en unas elecciones autonómicas, se hace imprescindible recordar a Castelao, y así cerrar el paso a todos aquellos nostálgicos del franquismo, que arropados por el negacionismo, disputan el voto a los que siempre fueron demócratas.


Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao, gallego ilustre, (Rianxo, 29 de enero de 1886 – Buenos Aires, 7 de enero de 1950). Narrador, ensayista, dramaturgo, dibujante y político. Uno de los padres del nacionalismo gallego.

Diputado en la candidatura del Frente Popular en 1936. Tomó parte de manera destacada en la campaña por el "sí" al Estatuto de Autonomía de Galicia, que fue aprobado en plebiscito el 28 de junio de 1936. Un Estatuto que solo duró 20 días. En 1938, rumbo a New York, inicia su interminable exilio.

"Así aprenderán a non ter ideas"
(Castelao 1937)

A punto de cumplirse un año desde la ocupación de Galicia por las tropas franquistas, a punto de cumplirse un año de una brutal represión contra la población civil, el semanario “La Armada” (Órgano oficial de los marinos republicanos), en junio de 1937 se hace eco de la publicación de una obra de Castelao.




Era en los primeros días del movimiento; de todas partes llegaban noticias vagas, contradictorias, y todas las conciencias velaban con el ánimo firme de los grandes instantes.

En esta atmósfera de incertidumbre, Castelao, con temor no exento de angustia, pensando en su Galicia, repetía con insistencia esperanzándose, tratando de convencerse:
«Allí nada puede pasar, es imposible, el pueblo anda alborozado con su Estatuto; hay una verdadera explosión de espíritu ciudadano; saben lo que han conquistado y no se resignarán a perderlo; sería espantoso»
Pero... la noticia le llegó como un mazazo: en Galicia, el pueblo, tras desesperada resistencia, sucumbió ante la fuerza brutal de sus enemigos de siempre. Otra vez el usurero, el cacique, el cura farsante, toda la vieja fauna que él tantas veces desnudó con su lápiz certero, volvía a surgir imponiendo sus apetitos como ley suprema. Y el hombre bueno que es Castelao se revolvía casi llorando, llorando de lo que lloran los hombres: de impotencia, de impotencia ante tanto dolor, de la impotencia de sus ojos ciegos, inútiles ya para aprisionar toda la honda tragedia de su Galicia Mártir.

Y aquí la sorpresa. Hoy, ante nuestra mirada boba de asombro, un cuaderno editado por el Ministerio de Propaganda sacude nuestra atención con su portada: «Galicia Martir - Estampas, por Castelao». 

La voluntad del hombre hizo el milagro: en diez estampas de un realismo ingenuo, en diez frases donde la lengua familiar apura todas sus resonancias cordiales, se cuaja todo el dolor de Galicia que es su propio dolor.
“Aos Galegos que andan pol o mundo. Estas estampas, arrincadas da miña propia door, van dirixidas a vós que sempre amáchedes a libertade e sodes a única reserva que nos queda para reconstruir o fogar desfeito”. 
"La última lección del maestro"
Lamina de "Galicia mártir"
(Castelao 1937)
No cabe en esta llamada paternal más entrañizada expresión, y ante ella, nosotros, igual que los gallegos que andan por tierras y mares, lejos del hogar deshecho, recogemos los gritos desgarrados de las madres que dicen de su «door, que non se cura con resiñación», y aprendemos, con los niños ante el cuerpo exangüe del maestro, la enseñanza de su «derradeira» y suprema lección, y sabemos que el ánimo suena esperanzado al enterrar los cuerpos destrozados de nuestros héroes 
«non enterramos cadavres, enterramos semente».
Hoy Galicia es España; y para reconstruir su hogar deshecho hincaremos nuestro hombro. En la obra común todos los españoles hemos de sentirnos gallegos.

Antonio Deltoro

Semanario "La Armada"
12 de junio de 1937






Salud y República

Benito Sacaluga

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