7 de enero de 2021

EL REY CALLA, LA MONARQUÍA MUERE

 


Hace casi 100 años, en 1923, el borbón Alfonso XIII, acorralado por los acontecimientos dentro y fuera de España, se puso de acuerdo con el general Primo de Rivera para que éste diera un golpe de estado e instaurase una dictadura militar, eso sí, respetando a la corona y al coronado. El experimento duró poco y a principios de 1930 el borbón apartó al general para sustituirlo por otro, por Dámaso Belenguer, que nada duró, a éste le siguió un almirante, Juan B. Aznar, que duró aún menos, tomó su cargo en febrero de 1931 y dos meses después la República acabó con el borbón... y con su amor por las dictaduras militares amparadas por su volátil corona. En 1939, otro general, y con una guerra de por medio, se erigió en dictador, cargo que disfrutó durante 36 años, una vez muerto, y según estaba preparado por él mismo, otro borbón, Juan Carlos I, se sienta en el trono de España, y allí permanece 38 años, hasta que los escándalos le obligan a abdicar en 2014, dando así acceso al trono a su hijo Felipe...y en estas estamos.

Según lo anterior, parece que está bastante clara la querencia existente entre monarcas y militares, algo que se ve potenciado por una Constitución, la nuestra (Art. 62/h), que otorga al rey "El mando supremo de las fuerzas armadas", casi nada. Mando supremo, que será todo lo simbólico que queramos, pero al que acuden nutridos grupos de militares ya retirados, pero no nos engañemos, secundados en silencio por otros muchos en activo con las mismas ideas. Azaña quiso cambiar las cosas en los ejércitos, creó una ley que reformaba las fuerzas armadas, que las adaptaba a los valores republicanos, a la vista está que se quedó corto si miramos a julio de 1936.

Hoy las "cosas" andan revueltas en los cuarteles, por mucho que desde el Gobierno se empeñen en decirnos lo contrario. Salen a la luz grupos de militares llamando al golpe militar y pidiendo un nuevo genocidio entre la población española que afectaría a todos aquellos cuyas ideas no comulgan con la ideología que sembró (impuso) Francisco Franco, al mismo tiempo, la creciente extrema derecha apoya a estos grupos pública y notoriamente. A estos fascistas con uniforme les sobran, según ellos mismos cuantifican, 26 millones de españoles, puestos a fusilar que se note. El rey calla.

Llegan a Zarzuela cartas copiosamente firmadas pidiendo al rey su intervención en aras de salvar a España del comunismo, para defender la unidad nacional, para restablecer el orden y los símbolos bajo los que un pueblo entero sufrió durante 40 largos años. Desde la ultraderecha se pide un Gobierno de concentración nacional que desbanque al ejecutivo actual, fascismo contra democracia en estado puro. El rey calla.

Llega la Pascua Militar, se espera que el rey hable sobre los sucesos anteriormente citados. El rey pasa revista, lleva el uniforme de gala de Capitán Genera de la Armada, los mismos galones que llevaba Franco. Se cumple el protocolo, las tropas saludan y la bandera se inclina a su paso. Llega la hora de los discursos, el rey se dirige a todos los miembros de las Fuerzas Armadas, el discurso es para ellos. Habla de la Constitución: 

"La Constitución consagra el orden democrático y los deberes a los que todos estamos sujetos"

poco más, ninguna alusión a las misivas recibidas de grupos de militares poniéndose a sus órdenes para aniquilar nuestra democracia; tampoco a los mensajes difundidos por la redes sociales en los que una facción de militares retirados animan a fusilar a 26 millones de españoles. El rey calla.

El rey calla en público, regia decisión que nos impide conocer su opinión sobre los movimientos involucionistas que se están gestando en nuestras Fuerzas Armadas. Lo que de momento no sabemos es lo que opina en privado, lo podemos suponer, pero no lo sabemos. 

La derecha española se disputa la defensa a ultranza de la monarquía, para ellos es la única forma de estado posible, aunque es cierto que muchos de ellos añoran la dictadura que nos oprimió durante 40 años, lo mismo sucede en el seno de las Fuerzas Armadas.

Sería conveniente, no ya para el país que además le es necesario, sino también para la corona que el rey hablase alto y claro, pero me temo que no lo hará.

Solo durante el siglo XX fueron 16 las monarquías eliminadas en Europa, los motivos fueron diversos. Por afinidad con la española, en cuanto a la procedencia de los miembros de la Casa Real, el rey debería recordar lo sucedido en 1973 con Constantino II de Grecia, su tío, hermano de la reina emérita Sofia de Grecia. 

Constantino accedió al trono en 1964, el golpe militar llevado a cabo por unos cuantos coroneles en 1967 le arrebató el poder. Al día siguiente del golpe de estado del 21 de abril, el rey juró el nuevo régimen dictatorial, en un intento de dar un contragolpe que fracasó. Se vio obligado a exiliarse con su familia. En 1973 hubo un intento de golpe por parte de militares monárquicos para reinstaurar el orden anterior y entonces el dictador Georgios Papadopoulos declaró a Grecia una República el 1 de junio, decisión que fue refrendada por un plebiscito el 29 de julio. 

Lo que digo, mal asunto para los monarcas el relacionarse con los militares, no digo ya jurar la defensa de una dictadura con tal de mantenerse en el trono, y si no que se lo "pregunten" al fallecido Juan de Borbón.

Mucha razón tiene el líder de Unidas Podemos, cuando manifiesta que la apropiación de la monarquía que llevan a cabo la derecha y las Fuerzas Armadas beneficia la llegada de una República a España. No os digo ya si el acercamiento es a la inversa, con estos mimbres la monarquía muere, ojalá que sea pronto, solo espero que no la sustituya otra dictadura y sea una República la que nos proteja. 

Termino poniendo en valor la dignidad y lealtad demostrada por muchos de los miembros de la Fuerzas Armadas que están viendo truncadas sus carreras militares por defender la democracia, mi solidaridad para con ellos. También agradeciendo a aquellos militares ya retirados por la ardua labor que están realizando para que el franquismo sea definitivamente expulsado de los ejércitos españoles y nuestra marina de guerra.


Benito Sacaluga.


En la imagen: Divisa de Capitán General de la Armada


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