El miércoles que viene Pedro Sánchez y Artur Mas se van a reunir, el PSC ni siquiera hará de convidado de piedra, su primer secretario no estará presente, lógico. Se comenta, se informa, que el motivo principal de la reunión queda centrado en la consulta catalana prevista para el próximo nueve de noviembre. El líder socialista ya manifestó, nada más salir de su entrevista con Rajoy, que consideraba ilegal la consulta y ahora va a decirle lo mismo y en persona a Mas. Además de decirle al president una cosa que ya sabe, Sánchez va a ofrecer su ayuda a Mas si el tema de la consulta finalmente se aparca. Un ofrecimiento "chantajista" que sin duda no es visto con muy buenos ojos por el PSC, sobre todo si tenemos en cuenta que esta formación, hace menos de mes y medio, apoyó en el seno de la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlament el texto de la ponencia de la Ley de Consultas junto con CiU, ERC, ICV-EUiA, y CUP.
Se baraja que Sánchez ofrecerá a CiU los votos del PSC para la aprobación de los próximos presupuestos de la Generalitat y evitar así la necesidad de convocatoria de elecciones anticipadas, unas elecciones que a buen seguro CiU perdería ante ERC, decir aquí que ya en tres ocasiones recientes los socialistas realizaron ofertas para apoyar la estabilidad de gobierno de CiU y en las tres ocasiones fueron rechazadas por el elevado costo electoral que ello podría suponer para CiU. Teniendo en cuenta la composición actual del Parlamento catalán la oferta más bien parece un brindis al sol y además, gratuitamente, coloca al PSC-PSOE en una posición de entreguismo desde la impotencia, algo que desde luego no favorece nada a la obtención de esa confianza que el PSOE quiere ganarse a nivel nacional con el impulso de su nuevo secretario general. Aderezar la propuesta de estabilidad con un ofrecimiento al dialogo para un futura reforma constitucional de nada le sirve a Sánchez, a estas alturas a CiU y sobre todo a ERC ya no les valen reformas, esto se debería haber hecho hace tiempo por Rajoy en lugar de meter en problema en un cajón tal y como es su insoportable costumbre.
Los 50 escaños que tiene CiU no le permiten gobernar en solitario, necesita la colaboración de ERC (21 escaños), sin este apoyo Más posiblemente no estaría donde está, y ERC, si la consulta no se efectúa, dejará a Mas al pie de los caballos. Parece lógico que si esto llegase a suceder, si se aparcase la consulta, fuese el PP con sus 19 escaños el socio natural de Mas y no el PSC-PSOE, máxime si tenemos en cuenta que el PP gobierna y el PSOE anda aún buscando su identidad y su candidato a la presidencia del gobierno para las próximas elecciones generales. Por otro lado Mas ya ha entregado a Rajoy una lista de peticiones, una especie de antídoto para Mas, aunque de dudosa eficacia, si este finalmente se echa atrás en su maniobra soberanista.
Yo me pregunto que es lo que gana el PSOE con esta oferta de colaboración con CiU y la verdad es que creo que no solo no gana nada sino que pierde mucho de cara a sus electores, no solo en Cataluña a través del PSC sino en toda España, y todo ello a causa de un afán de protagonismo de su recién estrenado líder, además de algunos consejos equivocados de sus mentores. De lo que si estoy seguro es de que el gran beneficiado con estas maniobras es ERC y desde luego aunque no fuese más que por su coherencia se lo merece.
Con un panorama como el que se vive hoy en Cataluña, empeorado gravemente por el asunto Pujol, y espoleado por el fenómeno Podemos, el resultado de unas elecciones autonómicas catalanas podría catapultar a ERC junto con ICV y CUP hacia una mayoría simple y formar gobierno. Unas elecciones en las que el matrimonio PSC-PSOE quedaría herido de muerte y esto es posiblemente lo que Sánchez quiere evitar con su precaria oferta, aunque para ello tenga que pactar con su enemigo politico, sin darse cuenta de que en este caso es peor el pretendido remedio que la enfermedad.
Benito Sacaluga
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