12 de enero de 2014

RETORNO AL PASADO




A cuenta de un correo que acabo de recibir de un buen amigo, comprometido desde siempre con la defensa de las libertades y luchador incansable en defensa de esa verdad que tanta falta nos hace conocer, me he visto en la necesidad de hacerme eco de sus consideraciones.

Me dice:
La sociedad española, pese a no ser plenamente consciente del desmantelamiento, no ya del tan cacareado "estado del bienestar", si no de los derechos civiles y laborales de los españoles, ha capitulado frente a los zarpazos del gobierno del PP que perciben en sus carnes. Los españoles han renunciado a ejercer la soberanía popular que la Constitución juanfranquista les reconoce, al menos formalmente. 
Por supuesto tiene toda la razón, a no ser que consideremos que la sociedad española solo está formada por las voces criticas y rebeldes, que aunque numerosas solo son una mínima porción de la sociedad española. Una excesiva minoría silenciada por los principales medios de comunicación, que a menudo, casi siempre, tiene, tenemos, la sensación de estar predicando en un desierto, a causa de que, tal y como expresa mi amigo:
España es como una inmensa avestruz, que despavorida ante la percepción de la amenazante realidad, esconde su cabeza en un vano intento de desconocerla, pensando escapar así a sus efectos.
Aún más, yo pienso que ante aquellos efectos negativos evidentes ante los que no cabe posibilidad ignorar, la sociedad trata de convertirlos en situaciones normales, necesarias y asumibles, tal y como se hizo durante la dictadura, donde la única libertad a la que se podía aspirar era a no estar en prisión y con eso la sociedad se conformaba. Curiosamente, la sociedad sigue teniendo un fuerte sentimiento de impotencia que le impide enfrentarse a los dictadores de hoy tal y como sucedió durante treinta y seis años de dictadura franquista. Casualmente están a punto de cumplirse también treinta y seis años desde que se aprobó la Constitución y precisamente ahora empezamos a caminar hacia atrás, retrocediendo en derechos y libertades de la mano de los herederos de aquellos que defendieron y colaboraron al mantenimiento de  la dictadura, con Juan Carlos de Borbón a la cabeza. Puede también que existan aún demasiados presos de ese franquismo sociológico sobre el que M.Vazquez Montaban dijo hace años:
Hubo un franquismo sociológico que aún pervive en mayor o menor medida y una retórica del franquismo que recuerda los mejores años, los que fueron de 1962 o 1963 a los primeros de la década de los setenta, y olvida los años de penurias y la crisis económica posterior, que se larvó ya durante el franquismo. En muchos sectores del franquismo sociológico han mitificado los años económicamente buenos, pero hay que recordar que éstos se basaron en exportar parados primero a Cataluña y al País Vasco y luego a Europa.

Siguiendo con el correo:
Si la mayoría de los españoles tuviésemos conciencia de lo que se nos viene encima (y especialmente del porvenir que les espera a la generación que nos releva) sería imposible que millones de ciudadanos pudieran quedarse en casa, mirando impasiblemente la realidad lúdica virtual que nos preparan las cadenas de TV, obedientes de la mano que las alimenta.
Últimamente y desde la derecha mediática su viene utilizando de forma cotidiana la denominación de "profetas apocalipticos", a los que de alguna manera denunciamos lo que está pasando y por un simple ejercicio de lógica aventuramos el desenlace, las consecuencias de esta forma de Estado y de Gobierno. Ciertamente, para los que así nos califican, el futuro no es de ninguna forma apocalíptico, sino todo lo contrario, pero solo para ellos. ¿Como puede ser calificado de profecía un acontecimiento que acaba de suceder y sus consecuencias lógicas? Puede que la crítica sobre la sociedad que permanece aletargada delante del televisor sea un recuso muy utilizado, pero por desgracia es cierto, sus programas son el "Pan y Toros" de hoy. Difícilmente puede encontrarse información que no esté manipulada y resulta evidente que manipulando la información se manipula al que la recibe, máxime si el receptor está predispuesto, deseoso de ser engañado.

Tal y como mi amigo dice no es necesario mucho para darse cuenta de la realidad, solo hay que querer:
Parece algo irreal, pero es así. No, no somos iluminados, ni más listos o inteligentes que nuestros conciudadanos, tan solo sucede que sí que hemos escalado una actitud crítica, que no solo nos permite percibir el paisaje, sino asumir la responsabilidad de advertir de lo que pasa a los que emulan al avestruz, y con su desconocimiento y/o con su cobardía, alientan las políticas de arrasamiento de los derechos y libertades públicos. 
Más que un ejercicio de vana presunción, el nuestro es un ejercicio de compromiso, nada gratificante por cierto, si no más bien todo lo contrario, viendo como vemos a nuestro lado, cómo la gente "pasa" de plantearse o participar en debates, y se embota con anestesiantes preocupaciones por el fútbol, o los infames programas de la salsa rosa. Esperemos que no sea demasiado tarde cuando colectivamente se den cuenta de lo que está sucediendo, y casi diría y al paso que vamos, de lo que ha sucedido.
Antaño se viajaba al extranjero para abortar, para comprar libros o discos prohibidos en España, para ver películas vetadas por la censura, para celebrar reuniones políticas o sindicales...........y para trabajar. Hoy las nuevas leyes nos obligarán a volver a tener que ir al extranjero para interrumpir un embarazo. Para publicar bajo pseudónimo las criticas a los gobernantes y a la iglesia, tendremos que ir a manifestarnos a las puertas de las embajadas españolas en el extranjero para evitar ser detenidos si lo hacemos en España ante un ministerio o el Congreso. Los derechos sindicales y a causa de la Reforma Laboral (el nuevo Fuero del Trabajo) han pasado a ser una mala copia de los que contemplaban los sindicatos verticales. La iglesia católica ha sido devuelta a las aulas de las escuelas y la depuración de los maestros ya ha comenzado. Tal y como ocurrió en la dictadura la emigración es cada día más numerosa y tal como pasaba antes viajamos al extranjero a trabajar en aquello que se niegan a hacer los alemanes, suizos o belgas. Las pensiones vuelven a ser limosnas insuficientes. Los salarios están a la cola de los que existen en los países desarrollados. La oligarquía franquista ha vuelto a tomar las riendas de la economía. Nadie confía en la justicia. La corrupción se ha adueñado de los gobernantes.............

Un total retorno al pasado. Bien está si les place que nos tilden de apocalípticos, pero desde luego no de profetas, lo que denunciamos ya está sucediendo, y solo de la sociedad española depende que continúe el retroceso, para evitar que tal y como sucedió con el franquismo, y como sus sucesores desean, la democracia actual se disfrace al igual que la dictadura franquista y se convierta solo en una democracia sociológica, engendrada a partir del miedo de la misma forma que el franquismo sociológico, una democracia falsa y opresora pero admitida sin reservas y en la que la derecha y el capitalismo salvaje campen a sus anchas.
El franquismo, de ser originalmente una dictadura, se convirtió en forma de vida de los españoles. (J.L. López Aranguren)
De seguir asi, amansados, poco tardaremos en gritar los mismo que los españoles de 1814 al regreso del absolutista Fernando VII:  ¡Vivan las caenas!, para posteriormente sustituir voluntariamente a los caballos que tiran del carruaje del monarca.

Benito Sacaluga



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