11 de enero de 2014

LOS NÚMEROS DE LOS GOBIERNOS

Durante los años en que José Luis Rodriguez Zapatero fue presidente del gobierno, y desde el primer momento, las criticas a su persona, a su gestión y a su partido por parte de todos los medios de comunicación superaron todas las estadísticas.  Nada de lo que hiciese era aceptado y todo era ferozmente criticado. Su ausencia de pasado político y su carácter le convertían en el blanco perfecto de las iras de una derecha que nunca se resignó a perder el poder, no ya el que ostentó con Aznar en la presidencia, sino también el que ejerció impunemente bajo el manto de la dictadura franquista.

Ciertamente Zapatero cometió demasiados errores, la mayoría de ellos leves y algunos de extraordinaria gravedad. Una de sus principales equivocaciones fue rodearse de parte de la vieja guardia del PSOE, un puñado de transicionistas que  finalmente impidieron el proyecto de la "Nueva Vía", y le convirtieron en candidato a la presidencia del país en unas elecciones generales que estaban seguros de perder.

Seriamos completamente injustos si olvidásemos que durante su mandato las pensiones aumentaron su poder adquisitivo en más de un 25% y se llevaron cabo importantes políticas sociales. Nada más llegar a Moncloa tomo decisiones muy difíciles por el solo hecho de estar integradas en su programa electoral. De su total etapa como presidente del gobierno cualquiera puede encontrar en la red un extenso detalle, opiniones y críticas. Nadie duda de que Zapatero perdió el gobierno a causa del estallido de la burbuja inmobiliaria, sus números hasta esa fecha eran más que aceptables, pero procedentes de un sistema productivo basado en un 50% en la edificación y destinado a una reconversión que aún no se ha producido.

En la siguiente tabla podemos ver los indicadores económicos más significativos correspondientes al año en que Zapatero llegó al Gobierno (2004), y los coincidentes con el estallido de la burbuja inmobiliaria a finales de 2008:

(Datos en millones de euros)

2004 2008 DIF %
PIB 841.294 1.087.788 246.494 29,30%
IMPORT 251.800 351.497 99.697 39,59%
EXPORT 218.201 288.217 70.016 32,09%
CONSUMO 636.786 834.371 197.585 31,03%
RENTA NACIONAL 709.618 885.491 175.873 24,78%










Según los datos anteriores la economía española caminaba en una dirección correcta de crecimiento. En cuatro años el PIB aumenta casi un 30%. Las exportaciones crecen de forma equilibrada con las exportaciones, El consumo aumenta a un ritmo próximo al 8 % anual y la Renta Nacional Neta lo hace más de un 6% anual. Unos excelentes resultados, pero que estaban construidos sobre barro.

Estos resultados positivos, habrían sido muy difíciles de conseguir, por no decir imposible, si la zona euro hubiese tomado ejemplo de las medidas adoptadas en USA por la Reserva Federal en el año 2005, descaradamente dirigidas a pinchar la burbuja inmobiliaria antes de que les estallase en las manos, un estallido que desde 2004 podía suceder en cualquier momento. Los EE.UU optaron por una voladura controlada. Una vez pinchada la burbuja, las viviendas norteamericanas empiezan a perder valor, comienzan las ejecuciones hipotecarias, el sistema financiero comienza a hacer aguas. Europa reacciona subiendo tipos de interés un año más tarde que USA. El Banco de España permite la práctica especulativa en las tasaciones y porcentajes de endeudamiento inasumibles. Finalmente en agosto de 2008 cae Lheman Brothers, marcando el inicio de la gran crisis financiera a nivel mundial. que aún hoy padecemos.

Ni en España ni en Europa se siguió el ejemplo norteamericano. Es más en España se negaba la crisis como si de una pesadilla pasajera se tratase. Se negaba, pero los políticos sabían que existía y sabían las consecuencias que podía suponer no tomar medidas urgentes. Consultaban a bancos y cajas y estos no tenían ningún inconveniente en mentir, mientras el Banco de España miraba para otro lado. El agujero de la burbuja no lo reflejaban en sus balances, los índices de morosidad no eran reales y por tanto tampoco lo eran las provisiones. Las garantías que soportaban las operaciones de crédito perdían su valor. Las acciones de los bancos españoles bajaron en bolsa hasta valores inimaginables. Finalmente y obligados por Europa recomponen sus balances, los adecuan a la realidad y todos, bancos y cajas, menos una docena más o menos, son intervenidos, primer paso para su desaparición definitiva. Como todos sabemos el coste económico del saneamiento del sistema financiero español, solo en ayudas directas ya le lleva supuesto a los españoles cerca de 70.000 millones de euros.

Que el mercado inmobiliario iba a estallar lo sabia todo el mundo político y económico, sobre todo el sector financiero, no en vano todo era producto de la especulación, pero nadie quería cerrar un grifo que les llenaba los bolsillos de forma espectacular, los gobiernos europeos tampoco. Cuando el Banco Central Europeo reaccionó subiendo los tipos de interés el mercado ya estaba saturado y los que pagaron las consecuencias fueron los hipotecados, que veían como el tipo de interés de sus hipotecas subía de tal forma que convertía en imposible el pago de los prestamos. Aun en esta situación las entidades financieras siguieron con su especulación de segundo escalón, ofreciendo refinanciaciones a mayor plazo para amortiguar así las cuotas mensuales y en muchas ocasiones aumentando el capital pendiente para atender el pago de recibos atrasados.

Hoy, cinco años después del terremoto aún seguimos retirando escombros, pero no construimos sobre lo derribado. El actual gobierno se empeña en continuar con sus políticas de no hacer nada, ofreciéndonos unos resultados que lejos de ser fruto de la "construcción", proceden exclusivamente de la destrucción. Interminables recortes en el gasto social y subidas de impuestos son el único eje de la política económica de Rajoy. Un menor gasto social y una mayor carga fiscal, que afecta en mayor medida a las clases trabajadoras, pero que no ha sido ni es suficiente para cuadrar las cuentas y por tanto hace necesario un aumento del endeudamiento del país, hoy ya batiendo récords históricos. Unos resultados los de Rajoy, que al igual que los de Aznar y Zapatero carecen de una base solida que permita ni siquiera soñar con una curva ascendente para nuestra economía, conformándonos con que la curva sea plana y siempre con el temor de un nuevo descenso desde el permanente punto de equilibrio.

Una vez que ya sea imposible crear nuevos impuestos o subir los actuales, el PP llevará a cabo el segundo desmantelamiento del Estado. Una nueva ola de privatizaciones se pondrá en marcha, Sanidad, Loterías, Transporte Ferroviario, Autovias, Paradores Nacionales, Transporte Municipal, etc.. son algunos ejemplos de lo privatizable en un futuro próximo.

Los números calientes que Rajoy nos ofrece y magnifica, son en buena medida los responsables de que el PP no se haya desplomado en las encuestas de intención de voto. Unos números que al igual que los de sus predecesores son totalmente inconsistentes. Aznar los diseñó para la entrada en Europa, Zapatero para mantenerse en el cargo y Rajoy como parte de su proyecto para que la extrema derecha gobierne por tiempo indefinido, aún cuando no forme parte del Gobierno.

Sería deseable que en las próximas convocatorias electorales nos olvidásemos de los maquillados datos macroeconómicos  con que nos abrumarán, y en su lugar nos miremos los bolsillos, la nómina y la declaración de IRPF para ver cuanto hemos "crecido" con respecto al año anterior y cuanto nos ha quitado el estado solo en impuestos directos. Luego echemos cuentas de todo lo que nos hemos gastado y calculemos el IVA abonado, sumemoslo a lo pagado en concepto de IRPF.  Anotemos todo en un papel y luego a ver quien tiene narices de permanecer tranquilo frente al televisor cuando Rajoy nos diga que "estamos creciendo" y además que ese "crecimiento"es gracias a él y a su gobierno. A los seis millones de parados y a los pensionistas no hace falta que les diga lo que tienen que hacer.

Benito Sacaluga


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