19 de junio de 2014

PALABRAS DE REY




Decía Cervantes en boca de Don Quijote: "no es un hombre más que otro si no hace más que otro". La frase anterior la ha pronunciado el nuevo rey de España, es el antepenúltimo párrafo del discurso que ha pronunciado esta mañana en el Congreso con motivo de su proclamación como rey, título al que ha accedido simplemente por estar inscrito en el Registro Civil como hijo de Juan Carlos de Borbón Dos Sicilias y de Sofia de Grecia, y se ha quedado tan tranquilo mientras que su particular Galatea daba fe. 

Parece ser que Felipe uve palito o no es capaz de captar a Cervantes o se está cachondeando de todos los españoles en vivo y en directo, como aseguran que es una persona muy preparada descarto la primera opción y me inclino por la segunda. 

No voy a preguntarme ni a preguntar a nadie que es lo que ha hecho Felipe para ser más, mucho más que cualquier español, por la sencilla razón de que todos conocemos la respuesta y la respuesta es "Nada" tomando la palabra como adverbio y no como perteneciente al verbo nadar. Ni siquiera participó ni por activa ni por pasiva en su concepción. Algo si hizo desde pequeño, aceptar sonriente las caricias de un dictador bajo la atenta mirada de su padre el gran heredero del franquismo y de los selectos educadores franquistas que forjaban su espíritu y sus valores, y hacer esto en España todos sabemos que tiene una altisima recompensa.

Nos ha conminado hoy al recuerdo permanente de "todos aquellos que, víctimas de la violencia terrorista, perdieron su vida o sufrieron por defender nuestra libertad. Su recuerdo permanecerá en nuestra memoria y en nuestro corazón". Una vez más, por un rey más, aquellos que perdieron su vida  en una guerra luchando por la verdadera libertad de España o a manos de la dictadura, aquellos que fueron encarcelados o asesinados por el dictador que le acariciaba, aquellos que tuvieron que partir hacia un exilio penoso e incierto, todos ellos quedan excluidos de la memoria peor que si de apestados se tratase. Dejémoslos en sus cunetas, al fin y al cabo solo son unos rojos de mierda que tuvieron la osadía de enfrentarse a mi bisabuelo poniendo en peligro la sacrosanta institución de la monarquía española. A continuación nos invita a "preservar los principios e ideales en los que se ha basado esa convivencia.... no sólo es un acto de justicia con las generaciones que nos han precedido sino una fuente de inspiración..." ¿De que principios e ideales nos habla? ¿A que generaciones precedentes se quiere referir? ¿Quizás a los Principios Fundamentales del Movimiento que su padre juró acatar y defender?, ¿Quizás a los ideales que le inculcaron los militares franquistas que le educaron y adoctrinaron desde niño?, ¿Acaso a las generaciones que lucharon contra el fascismo y el franquismo? ¿Quizás a aquellas generaciones interminables compuestas por las oligarquias que nos siguen explotando a manos llenas desde 1939?

Nos dice el rey que afronta su reinado con espiritu renovador al mismo tiempo que se ciñe una corona arcaica y trasnochada y mantiene todos los privilegios que una Constitución le otorga vulnerando el principio de igualdad entre todos los españoles. Nos dice esto a pesar de que él sabe perfectamente que no puede hacer nada, que es un simple muñeco en la cima de una tarta a cuya degustación solo están invitados los que le dicen lo que tiene que hacer al igual que ha sucedido con su padre durante todo su reinado, abdicación incluida. También sabe que su uniforme de capitán general de los ejércitos  es tan simbólico como aquellos trajes de almirante que vestían lo españolitos para tomar su primera (y casi siempre última) comunión, pero él se lo pone pensando, pobre de él, que el hábito hace al monje.

Después de la función teatral, ya en el palacio que mandó construir Felipe V, ha dado una recepción a la que han sido invitadas más de dos mil personas escogidas entre políticos, financieros, constructores, toreros, modelos, jueces y demás desfavorecidos, me ha recordado a esas cenas que los candidatos a la presidencia de los USA celebran durante sus campañas para recaudar fondos. Todos estrechando la mano del nuevo gran rey. Un gran rey que como el del cuento de  Hans Christian Andersen estaba desnudo pero él no lo sabía. Claro que teniendo en cuenta la afición del rey por Cervantes a lo mejor, quizás , quien sabe, ha leído "El retablo de las Maravillas" que es más o menos lo mismo pero representado por marionetas y relativo a la pureza sanguínea, y de ahí su ilusa pretensión de convertirse en un renovador rey sin tener en cuenta que en el entremés cervantino todos acaban a palos.



Benito Sacaluga.








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