Corría el año 1995 cuando el PSOE se llevó a los partidos políticos a Toledo para analizar los problemas estructurales del sistema de seguridad social y a partir de ahí establecer las principales reformas que deberían acometerse para garantizar en el tiempo el sistema de pensiones español. Se aprovechó para el debate una proposición no de ley de Convergència i Unió que propuso la inclusión de una ponencia sobre la cuestión de la seguridad social en la comisión de presupuestos del Congreso de los Diputados de España. De las reuniones salió el denominado Pacto de Toledo, unos acuerdos que en lineas generales venían a garantizar el pago de las pensiones y el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. Dichos acuerdos se materializaron en quince recomendaciones, de las que la 2ª establecía la constitución de unas reservas para su disposición en caso de disminución de las aportaciones de los trabajadores y empresas y la 11ª ordenaba el compromiso inviolable del Estado a través de sus diferentes gobiernos para el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones.
En 1997, con la Ley 24/1997, de 15 de julio, de Consolidación y Racionalización del Sistema de Seguridad Social, nace por fin el Fondo de Reserva, aunque no es hasta el año 2000 cuando se considera constituido al recibir su primera aportación: 601 millones de euros. Tendrían que pasar otros tres años hasta que se estableciesen las normas jurídicas que lo regulasen (La Ley 28/2003 y el Real Decreto 337/2004). De forma resumida el mantenimiento del poder adquisitivo se conseguía aumentando las pensiones anualmente en un porcentaje similar al Indice de Precios al Consumo (IPC) y se establece que la disposición del Fondo de Rerserva queda supeditada a la existencia un déficit en la Seguridad Social provocado por un desfase entre ingresos y gastos. Este déficit justifica usar el Fondo de Reserva para atender las necesidades de los beneficiario de pensiones contributivas y las disposiciones del mismo quedan reguladas por el artículo 4 de la Ley 28/2003, que establece que sólo se podrá disponer como máximo del equivalente al 3% del gasto anual destinado a la financiación de las pensiones de carácter contributivo y demás gastos necesarios para su gestión.
Según las estadísticas disponibles a partir del año 2005 el Fondo de Reserva ha evolucionado de la siguiente forma:
Año 2005: Reserva al 31 de diciembre: 27.184 millones.
Año 2006: Reserva al 31 de diciembre: 32.739 millones. Aumenta 5.555 millones = + 20.4%
Año 2007: Reserva al 31 de diciembre: 41.150 millones. Aumenta 8.411 millones = + 25.6%
Año 2008: Reserva al 31 de diciembre: 57.223 millones. Aumenta 16.073 millones = + 39.0%
Año 2009: Reserva al 31 de diciembre: 60.022 millones. Aumenta 2.799 millones = + 4.8%
Año 2010: Reserva al 31 de diciembre: 64.735 millones. Aumenta 4.713 millones = + 7,8%
Año 2011: Reserva al 31 de diciembre: 66.814 millones. Aumenta 2.079 millones = + 3.2%
Año 2012: Reserva al 31 de diciembre: 63.008 millones. Baja -3.806 millones = - 5.7%
Año 2013: Reserva al 31 de diciembre: 53.744 millones. Baja -9.234 millones = - 14,7%
De los datos anteriores concluimos fácilmente que durante le época del último gobierno del PSOE la denominada "hucha de las pensiones" aumentó en 39.630 millones, ni más ni menos que un aumento del 145,78%, una hermosa "herencia" que el Partido Popular recogió y que lleva dilapidando desde su última ocupación de La Moncloa. Entre 2012 y 2013 dispuso de 18.651 millones, lo que nos dice que el PP ha retirado en dos años de legislatura el 28 % del importe que tenía en Fondo cuando llegó al Gobierno. Sumemos a estas disposiciones del dinero del Fondo los 5.500 millones que efectuaron el 1 de julio actual y los 500 millones de los que han dispuesto el pasado lunes día 21 y la cifra total sacada del Fondo por el PP asciende a 24.751 millones, si a esta cifra sumamos las previsiones del propio gobierno de disponer de otros 5.500 millones en diciembre de este año iniciaremos el año 2015 con unas reservas en el Fondo de aproximadamente 42.244 millones un 36,77 % menos de lo que había cuando Rajoy prometió el pan y la sal. Todo un logro que apoya las constantes falsedades sobre la recuperación económica que el PP repite sin cesar y sin vergüenza.
Por otro lado si las disposiciones del Fondo atentan contra la seguridad del sistema de pensiones, aún se produce un perjuicio añadido ya que para poder efectuarlas y dado que no hay dinero en cuenta corriente (había 1.225 millones a inicios de 2014), es necesario vender parte de los activos financieros en los que el Fondo tiene invertido el dinero, fondos que a primeros de 2014 ascendían a 53.742 millones y que aparte de la minusvalía originada por su venta anticipada dejan de producir intereses.
Tengamos ahora en cuenta que como consecuencia de los bajos salarios actuales, no digamos ya los mínimos o los temporales, el importe de las cotizaciones que efectúan trabajadores y empresarios baja igualmente ya que su importe es un porcentaje del salario devengado. Así, si los salarios se han reducido en un 20% el mismo porcentaje han descendido las cotizaciones.
Del mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones y teniendo en cuenta la última subida del 0,25%, mejor no hablar para no caer en la tentación de al menos insultar al Partido Popular en pleno.
Del mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones y teniendo en cuenta la última subida del 0,25%, mejor no hablar para no caer en la tentación de al menos insultar al Partido Popular en pleno.
Ante esta espeluznante situación el PP calla y se felicita por su gestión, y la banca y las compañías de seguros se frotan las manos viendo como aumentan exponencialmente las contrataciones de planes de pensiones privados y el aumento de las aportaciones en los ya existentes. Si alguien duda de que el Partido Popular no es capaz de cargarse el sistema de pensiones está en un error, ya lo está haciendo.
Benito Sacaluga.
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