10 de mayo de 2015

LA LECHERA DE LA POLI



El Ministerio del Interior se acaba de gastar 300.000 euros en un "camión lanza agua", una copia remasterizada de las "lecheras" franquistas, eufemismos aparte una tanqueta. Su destino no es otro que lanzar agua a presión sobre manifestantes con la sana intención de ayudarlos a que se disuelvan pacíficamente. Dado que al agua, arrojada a alta presión, se añade un colorante a efectos de dejar prueba indeleble que permita identificar al chorreado, los almacenistas chinos están haciendo acopio de cientos de miles de chubasqueros de esos de usar y tirar, sin duda la única defensa de los manifestantes ante una agresión policial pura y dura. Los hematomas y otras lesiones que el agua a presión provoque no los evitará el asiático chubasquero, tendrán que hacerlo los servicios de urgencias de los hospitales los que atiendan a los lesionados, en algunos casos debidamente esposados y escoltados por un par de agentes antidisturbios. 

Ya me imagino al camión lechera rodeado de agentes policiales avanzando lentamente contra los grupos de manifestantes, moviendo amenazadoramente su cañón, en plan Panzer entrando el el gueto de Varsovia en busca de rebeldes judíos inconformes con su cautiverio.

Los expertos en el tema de "seguridad ciudadana" nos dicen que no tiene por qué ser mejor un chorro que una pelota de goma. Depende de la presión, la distancia o el lugar del impacto. Recuerdan que para que sea efectivo, el chorro tiene que salir a tal potencia que se corre un riesgo elevado de que al impactar contra un manifestante resulte lesionado. Lo bueno de esto de la alta presión del agua es que los 7.000 litros del depósito dan para poco tiempo con el gatillo apretado. Claro que a falta de agua, la tanqueta dispone en su interior de dos armeros para escopetas y una buena cantidad de munición. El artillero acuático se lo va a pasar pipa, ya que el cañón se controla mediante un  joystick que regula la presión del agua, el modo de disparo (corto, largo o continuo) y la dirección del chorro, con su correspondiente pantalla de televisión a todo color. Me río yo de los juegos de la playstation.

A pesar del dinero invertido (50 millones de las antiguas pesetas), los expertos policiales consultados vaticinan que apenas se usará este vehículo al ser muy poco funcional y especialmente lesivo contra los manifestantes. Según parece en el ministerio de Jorge Fernández Díaz sobra dinero y agresividad y falta sentido común.

Yo, que ya me he comprado el chubasquero y una pistola de agua para defenderme de la tanqueta, me pregunto si este tipo de barbaridades contra la población están permitidas en la Constitución, el derecho a manifestarse públicamente si lo está (art.21), y la sola presencia de la tanqueta, aunque solo sea desde el punto de vista psicológico, coarta este derecho. No olvidemos que el maldito artefacto puede causar lesiones graves y hasta la muerte según afirman los expertos. Si la policía debe actuar de acuerdo con el principio de proporcionalidad a la hora de reprimir determinadas actuaciones, en el uso de la tanqueta la proporcionalidad brilla por su ausencia.

El art.17 de la Constitución nos dice que toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad, y yo me pregunto donde esta la seguridad para un manifestante ante un medio de represión indiscriminado como lo es el nuevo juguete del piadoso Fernández Díaz, personaje que contestaría a mi pregunta diciéndome que si quiero estar seguro que me quede en casa y no participe en actos multitudinarios, y eso lo dirá quien precisamente es el encargado de velar por mi seguridad en todo momento, también durante el ejercicio de mi derecho constitucional a manifestarme.



Benito Sacaluga.



Fuente: Publico.es


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