EL PSOE Y LA REPÚBLICA CATALANA

Acabamos de asistir una vez más, algunos atónitos, a un espectáculo a todas luces desolador. Hemos visto como un partido politico que se autodenomina líder de la izquierda española ha consentido y apoyado todo aquello que la derecha ha estimado conveniente para suspender de facto la autonomía catalana. Olvidémonos de las actuaciones y declaraciones de cara a la galería y ciñámonos a los hechos, el PSOE, una vez más ha apoyado incondicionalmente al PP, así ha sido; el supuesto acuerdo sobre la comisión revisora de la CE-78 no es más que una torpe maniobra para tratar de justificar lo injustificable. No me vale como excusa  que dada la mayoría absoluta del PP en el Senado la intervención de Cataluña era inevitable, siendo así con más motivo la izquierda toda debería haber votado en contra. Tampoco me vale que los senadores Montilla (PSC) y Antich (PSIB-PSOE) se ausentasen de la votación a lo Pilatos, solo Podemos y los nacionalistas votaron en contra, Nueva Canarias se abstuvo.

El PSOE lo ha vuelto a hacer, Sánchez es el único responsable, me temo que ya solo le queda el apoyo de sus incondicionales, y ya sabemos lo que estos "leales" le pueden durar si el 21-D  el PSC-PSOE se da en Cataluña un batacazo electoral. Sánchez debería saberlo mejor que nadie, de ese cáliz ya ha bebido. Votar en contra o abstenerse eran las únicas opciones válidas pero PS quiso salir en una foto que va a ser difícil de olvidar, desde luego no antes del 21-D.

En Suresnes (1974) el PSOE cambió su orientación política e ideológica. Un Congreso, el de Suresnes, en el que, aparte de los interesados cambios ideológicos, se reconocía  no obstante y explicitamente el "derecho de autodeterminación de las nacionalidades que integran el estado español", y más aún, en el punto 3º de la Resolución 2ª  se dicta:

"El PSOE se pronuncia por la constitución de una República Federal de las nacionalidades que integran el Estado español por considerar que este estructura estatal permite el pleno reconocimiento de las peculiaridades de cada nacionalidad y su autogobierno a la vez que salvaguarda la unidad de la clase trabajadora de los diversos pueblos que integran el Estado español".

Un posición aceptada en 1974 y que siguió siendo defendida en el Congreso de 1976. Luego llegó el año 1977 y todo se fue olvidando calladamente. La posibilidad real de llegar al poder les hizo olvidar en Suresnes sus principios fundacionales y lo aclamado en los Congresos de 1974 y 1976, unos principios ideológicos y politicos que hoy en día parecen existir solo en algunos, creo que muchos,  corazones de su militancia.

Hoy no sabemos que es lo que va a suceder mañana, los próximos meses, en las ciudades y los pueblos catalanes, una vez que lo acordado en el Senado se lleve a la práctica, sea lo que sea lo que pase, el PSOE será corresponsable y lo será sin que valgan componendas basadas en la desarticulación de un irreal golpe de estado.

Hoy, todos estos partidos politicos que han dado su apoyo al despotismo del PP se aprestan, también sin pudor, a elaborar sugerentes programas electorales, hasta se habla de coalición electoral PP-PSC-C's. Dirán y harán lo que sea necesario para hacerse con un puñado de escaños en el Parlamento de Cataluña, todos sin excepción se envolverán en la bandera del Reino de España y lo harán en Cataluña, en un territorio ampliamente republicano. Todos andan, como he dicho, preparando ya sus estrategias electorales y a mi modo de ver lo están haciendo sin tener en cuenta dos cosas fundamentales, una que los catalanes no van a olvidar las posiciones de los partidos mal llamados "constitucionalistas" en todo lo que ha sucedido, y otra, que los catalanes partidarios de la República,  y no me refiero a la burguesía catalana soberanista, no se van a dejar vencer...y son casi el 50% de la población, tengamos en cuenta además que cerca del 80% de catalanes reclaman poder votar bajo la consigna del derecho de autodeterminación.

El monarca, el jefe del estado, pues eso, firmando sin rechistar y encantado los decretos que el Gobierno le pone encima de la mesa sin pensar en las consecuencias...o sí.

Benito Sacaluga