Alvarez del Vayo (con gafas) con miembros del Comité de No Intervención |
En septiembre de 1937 Julio Álvarez del Vayo, Ministro de Estado de la República, pronuncia ante la Comisión Política de la Asamblea de la Sociedad de Naciones un enérgico discurso sobre las reivindicaciones reiteradamente exigidas por la República Española, en relación con la ayuda que alemanes e italianos venían prestando al los sublevados franquistas incumpliendo reiteradamente los pactos del Comité de No Intervención suscrito en agosto de 1936.
Álvarez del Vayo abrió el debate recordando las proposiciones formuladas anteriormente por el doctor Negrín. La mayor parte de su intervención la dedicó a demostrar la designación del agresor. Resaltó que el gobierno español había denunciado repetidas veces los actos de agresión de Italia y Alemania, vulnerando el Pacto de No Intervención. Reiteró las palabras de Negrín sobre la preparación de Italia para enviar a España efectivos superiores a los que ya tenían y preguntó:
¿Qué va a hacer el Consejo? ¿Va a contentarse con deplorar los hechos y exhortar al Comité de Londres? La resolución del Consejo a favor de la retirada de combatientes extranjeros es excelente, pero tropieza con los procedimientos dilatorios de los estados interesados. En España no existe más gobierno que el que yo represento y nos entenderíamos mejor si en lugar de hablar constantemente de Valencia y Salamanca (1) se hablara de España, Alemania e Italia.
A continuación pasó a demostrar la premeditación de las actividades ítalo-germanas en España. Protesta enérgicamente contra la política de No Intervención y dice que ella ha costado a la España republicana mucha sangre. Plantea a Francia e Inglaterra la cuestión exacta:
En vista de la constante violación del acuerdo de No Intervención, en vista de que este acuerdo no puede impedir la invasión de España por las tropas extranjeras ¿continúan considerando Francia e Inglaterra que aquel debe seguir siendo la ley internacional aplicable en España? En definitiva las proposiciones españolas se reducen a esto: Es necesario después de la desaparición del acuerdo de No Intervención volver a la ley internacional, esto la asamblea no lo puede dejar de hacer. El Gobierno español no pide ni más ni menos. O la Asamblea se identifica con los agresores o reconoce que el Acuerdo de No Intervención es una ficción y entonces habrá de decidirse por el restablecimiento de la ley internacional, a favor de España.
En un momento de si discurso Álvarez del Vayo dijo:
Ni Alemania, ni Italia ni las dos juntas se atreverán hoy a provocar una guerra europea si la voluntad común de los países democráticos, decididos a mantener la paz, se manifiesta a tiempo. Dentro de uno o dos años será demasiado tarde. Los que mejor lo saben son naturalmente los mismos culpables de la perturbación. Por esto redoblan sus esfuerzos a fin de intimidar a los que no tolerarían nunca tantas contemplaciones si no temieran que una política más enérgica de sus propios gobiernos pudiese obligarlos a ir ellos mismos a la línea de fuego. Si se dejan que las cosas sigan su curso como hasta ahora la opinión pública de los países pacíficos y democráticos se levantará en breve con cólera contra los que la condenaron a la impotencia y a la humillación por haber carecido de la clarividencia o del valor de ver, tras la amenaza de una guerra general constantemente explotada por los estados totalitarios y eje verdadero de toda su política exterior, el más gigantesco chantaje que la historia haya conocido nunca.
La Sociedad de Naciones, se desentendió e hizo caso omiso de las quejas del Gobierno de la República. Ésta, por su parte, comenzó a recibir material de guerra de la Unión Soviética a partir del mes siguiente. Si la Sociedad de Naciones, principalmente con la intervención de Francia e Inglaterra, hubieran impedido la intervención de nazis y fascistas en la guerra, una intervención que empezó a diseñarse antes de la rebelión del 18 de julio, las fuerzas rebeldes de Franco habrían sido derrotadas antes de finalizar 1936. Ni Francia ni Inglaterra querían enfrentamientos con Alemania ni con Italia, el destino quiso que tres años más tarde Francia fuese invadida y ocupada por el ejercito nazi e Inglaterra semidestruida por los bombardeos de la Luftwaffe y los cohetes V2 de Wernher von Braun lanzados desde las costas francesas. Franceses e ingleses si consiguieron ayuda internacional para liberar sus territorios del fascismo, una ayuda que ellos negaron a la República Española.
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Benito Sacaluga
Fuente: Cartagena Nueva
(1) En la fecha del discurso y desde el siete de noviembre de 1936 hasta el treinta y uno de octubre de 1937 el Gobierno de la República estaba instalado en Valencia y el Palacio Episcopal de Salamanca era la sede del Cuartel General de Franco desde el cinco de octubre de 1936.
Lamentable la actitud mostrada por los países que terminaron siendo aliados para combatir el fascismo, menos en España, exceptuando a Rusia, que sin querer hizo de freno o de temor a los demás aliados por una posible expansión del comunismo.
ResponderEliminarLa reflexión es adecuada. No obstante cabe recordar que Rusia estuvo aliada con la Alemania nazi al comienzo de la II Guerra Mundial. Cuando Hitler logró dominar países fronterizos con Rusia la invadió. Posteriormente Rusia entró a formar parte de las tropas aliadas contra Hitler. Cuando Francia e Inglaterra se vieron en peligro poco les importó la expansión del comunismo.
EliminarNunca debemos olvidar quien estaba en ultima instancia detrás de los gobiernos denominados "democráticos" (como sucede en la actualidad) tanto en Europa como en Estados Unidos y estos son los oligarcas, los grandes capitalistas en definitiva los poderosos. Su política de no "intervención" no era por miedo a las potencias fascistas, sino obedecía a una apuesta arriesgada cortoplacista para acabar con el movimiento obrero de izquierdas en España a la vez que reafirmar sus "derechos" mercantiles, repartirse los recursos y mercados de España, como así sucedió una vez acabada la guerra de clases en España.
ResponderEliminarLos capitalistas británicos anhelaban el triunfo de los rebeldes fascistas por que eso les convenía a sus empresas mineras como la de Río Tinto, a los franceses al contagio de revolución en la Europa occidental. Hay que recordar que Franco dio al final de rebelión en un discurso dio las gracias al gobierno y empresas estadounidenses que les financiaron petroleo y dinero para pagar seguir la matanza de los obreros españoles y de los demócratas convencidos que defendieron la legalidad vigente republicana.
Ese mismo cortoplacismo lo podemos observar en la pollita actual de la Unión Europea en el tema de Ucrania como el de otros que anteponen los intereses de las multinacionales a de la democracia y estabilidad en el continente, aupando incluso en el poder a través de golpes de estados o guerras a declarados nazis o terroristas fundamentalistas.
La historia no se suele repetir exactamente igual pero si se asemeja grotescamente