Las ambiciones y luchas internas, la escalada del terrorismo en España (77 muertos en 1979 y 95 en 1980), la crisis económica, una inflación del 14,40 % y una tasa de paro del 18,82 % , graves casos de corrupción (Caso Fidecaya entre otros), el descontento en los círculos militares de extrema derecha que iniciaron contactos para la preparación de un golpe, la aprobación de los Estatutos de Autonomía del País Vasco y Cataluña a fines de 1979 y las consiguientes elecciones autonómicas que dieron mayoría a las fuerzas nacionalistas, la salida de Adolfo Suarez en 1981, sustituido por Calvo Sotelo que solo llegó a gobernar un año y medio, un período marcado por la descomposición de la UCD, la aprobación de la Ley del Divorcio, con una dura oposición de la Iglesia y el escándalo del envenenamiento masivo por aceite de colza desnaturalizado, acabaron con los poco más de cuatro años de la UCD al frente del Gobierno y con ella misma.
La UCD fue relevada por el PSOE en las elecciones de 1982 donde obtuvo mayoría absoluta. Las primeras medidas tomadas se centraron en buscar soluciones a la grave crisis económica que atravesaba el pais y a tal efecto se llevó a cabo un ambicioso plan de estabilización económica que incluía como medida principal una impopular reconversión industrial que, entre otras medidas, llevó al cierre de numerosas empresas. El plan motivó fuertes enfrentamientos con las organizaciones sindicales, pero finalmente se controló la economía y se sentaron las bases para la recuperación económica. Al igual que la UCD, el PSOE tuvo que hacer frente a una nueva escalada terrorista que dejó más de 100 muertos durante su primera legislatura y a la reforma del Ejercito con el objeto de reducir a la mínima expresión la posibilidad de un movimiento golpista. Estableció la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza hasta los dieciséis años, logró que se aprobara una despenalización parcial del aborto y consiguió que España fuera finalmente admitida en la Comunidad Económica Europea, entre otros motivos a cambio de la permanencia de España en la OTAN. Una ambiciosa política de inversiones públicas en infraestructuras, aprovechando las ingentes transferencias de fondos procedentes de la CEE, tuvo como resultado un excelente crecimiento económico que no se detendría hasta 1992. Los servicios educativos, sanitarios y de pensiones crecieron de forma notable, siendo sufragados por un sistema fiscal relativamente progresivo. Por primera vez se podía hablar de un Estado del Bienestar en España. Durante su tercera legislatura España celebró en 1992 dos acontecimientos internacionales, los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla que mostraron una imagen de país moderno muy diferente a la España de la dictadura de Franco. El estallido de una crisis económica internacional y la salida a la luz pública de innumerables escándalos económicos y de corrupción, acompañados del escándalo de los GAL, hundieron un gobierno que sin mayoría absoluta desde 1993 quedó para gobernar en manos de los partidos nacionalistas, la negativa de Jordi Pujol a votar favorablemente los presupuestos generales, obligaron al PSOE a convocar elecciones generales anticipadas en 1996.
Después de transcurridos veinte años de su formación (AP), el Partido Popular es un simple cambio de denominación de Alianza Popular:
Un informe oficial del Registro de Partidos Políticos, fecha 11/X/2.011, nos dice que: Una vez consultados los antecedentes que constan en el Registro (...) el primer asiento realizado fue efectuado con fecha 29 de abril de 1977, y es el acta notarial nº 1863 de 21 de abril de 1977, de constitución y estatutos de la formación denominada Partido Unido de Alianza Popular (PUAP). Fue inscrito el día 4 de Mayo de 1977. El citado partido cambió su denominación por acuerdo adoptado en el IX Congreso Nacional celebrado el 20 de enero de 1.989, por la de PARTIDO POPULAR (PP)
Por lo que, como hemos visto, la hoja registral de Alianza Popular y del Partido Popular es única: no hay cancelación y nueva inscripción, lo que hay es un asiento dónde simplemente consta el cambio de nombre.
En 1996 el PP no consiguió la mayoría absoluta, en contra de sus planes se vio obligado a "asociarse" a las minorías nacionalistas desde el principio, incluso para lograr que Aznar fuese investido presidente del Gobierno. El objetivo principal era entrar en el euro y por tanto la política económica pasó a protagonizar la gestión para conseguir superar las exigencias del Tratado de Maastricht de 1991. La actividad económica se reactivó, el saneamiento de la economía llevaría a que España participara en el nacimiento del Euro tres años más tarde, la cifra de paro se situaba en diciembre de 1999 en un 10%, del cual el 24,50 % estaba representado por españoles menores de 25 años. En 1997 se aprobó su Ley del Suelo, germen de la posterior burbuja inmobiliaria. Un año más tarde (1998) y como resultado de los pactos con el PSOE, se pusieron en marcha duras medidas en la lucha antiterrorista contra ETA y su entorno. La reacción de los abertzales no se hizo esperar dando lugar al Pacto de Lizarra-Estella de 1998, un acuerdo de todas las fuerzas nacionalistas, desde el PNV a ETA, para avanzar hacia la independencia. ETA declaró una tregua indefinida y sin condiciones, tregua que acabaría un año después. En las elecciones del año 2000 el PP obtendría mayoría absoluta. Ya con mayoría el PP inició su alejamiento de CiU. Sin duda lo más recordado de esta VII Legislatura sería la participación española en la guerra de Irak y los atentados del 11M, cuyas consecuencias junto con las mentiras oficiales sobre la autoria de los atentados, fueron la principal causa de su derrota electoral en 2004.
Otra vez el PSOE gana las elecciones, esta vez unas elecciones que hasta el 11M daban por perdidas y su candidato a la presidencia, un elegido para metabolizar la previsible derrota, es investido presidente del Gobierno. El PSOE obtiene 164 escaños en 2004, en 2008 los incrementa en cinco (169 escaños), volviendo a los números obtenidos en 1993, año del comienzo del declive de Felipe Gonzalez. El PSOE comienza la legislatura con la prima de riesgo en valores negativos. Ya en 2009 los españoles comenzamos a acostumbrarnos a que los valores de la prima de riesgo sean de tratamiento cotidiano en informativos y debates parlamentarios. Cuando el PSOE pierde las elecciones de 2011 la prima está situada en los 357 puntos. Una tasa de paro que en 2008 estaba en el 11,30 % llega al 21,50 % cuando el PSOE deja la presidencia del Gobierno en diciembre de 2011. La crisis económica y financiera y la burbuja inmobiliaria son elementos que el PSOE no sabe gestionar y opta por emprender una huida hacia adelante más basada en perspectivas electorales que en soluciones al problema, finalmente se convocan elecciones anticipadas.
En 2011 el Partido Popular vuelve a ganar las elecciones. Solo podía hacerlo si transmitía al electorado la esperanza cierta de que con sus políticas se relanzaría la economía y se crearía empleo. Basó su campaña en un programa electoral que sabía que no podía cumplir y en referencias a su "éxito" de hacia ya diez de años sin tener en cuenta la extraordinaria coyuntura internacional, sobre todo europea, que lo permitió. Siete meses más tarde el Partido Popular consiguió que la prima de riesgo española alcanzase su récord histórico (612 puntos en julio de 2012). No fue este el único récord batido, el paro alcanzo máximos históricos desde 1975, un 26,03 % en diciembre de 2013. Una legislatura que se viene caracterizando por los recortes sociales, en materia de empleo, derechos civiles y un aumento de la deuda pública hasta rozar el 100% del PIB, todo ello acompañado de un extraordinario aumento de los casos de corrupción a nivel general y de forma especial en el seno de su partido. En resumen incumplimiento del programa por el que fue votado, una prima de riesgo que viene moviéndose en valores próximos a los 200 puntos, solo gracias a la reforma de la Constitución efectuada en 2011, un índice de desempleo en valores extremadamente negativos, índices de pobreza a la cabeza de los países más desarrollados de la UE, depreciación de los salarios, precariedad de los contratos de trabajo, pérdida o deterioro grave de derechos básicos,deuda publica equiparada al PIB, mayor presión fiscal para los asalariados, incremento de los tipos y bases del IRPF, incremento del IVA en 3 puntos en el tramo general y en 7 puntos en el reducido, administración de justicia cuestionada por los ciudadanos a niveles nunca conocidos desde 1978, descrédito de la clase política y de las instituciones, escándalos de corrupción entre los miembros de la Casa Real, jueces apartados de sus carreras por perseguir la corrupción y un largo etcétera de problemas para el pais acompañado de un espectacular aumento de las cuentas de resultados del sector financiero y grandes empresas.
PSOE y PP, PP y PSOE son sin duda los máximos responsables de la situación actual en que nos encontramos, tanto por acción como por omisión, como consecuencia de la mecánica de alternancia establecida para acceder al poder, existente entre los dos partidos desde 1982, hace ya treinta y dos años, y en la que ambos partidos se refugian.
Una alternancia, un bipartidismo instaurado que se mantiene gracias principalmente a la colaboración prestada por los siguientes actores y conductas, tal y como acertadamente se expone en el blog
"El carburante de la Historia" y que a continuación transcribo en parte:
Los medios de comunicación españoles, herederos en buena parte del franquismo, son un pilar fundamental para la reproducción de este sistema bipartidista, nos presentan todos los días a través de la televisión o los periódicos como sólo existen dos partidos con posibilidades de gobernar, ellos se encargan de seleccionar el espacio que tiene cada uno, PP y PSOE ocupan el 90% del espacio político, y el resto de partidos si hay suerte, ocuparán el otro 10%. Los debates electorales son siempre entre los dos partidos, y sabemos, sin duda alguna, que las coorporaciones mediáticas tienen estrechísimas relaciones con los partidos del sistema. Además, estos medios se encargan de recalcarnos las diferencias entre los partidos, olvidándose de las múltiples similitudes, sobre todo en el tema más importante y que nos afecta a todos, las decisiones económicas, muy similares, y sin duda, dentro de una misma estrategia goblal, la estrategia neoliberal.
Sin duda alguna los medios de comunicación deciden el voto de buena parte de la población, no ya por acción, si no por omisión, prácticamente sólo existen dos partidos, el resto se salen de la pantalla, sobre todo si van en contra de ese sistema, ¿A quien vas a votar? Al malo o al menos malo. Alfonso Guerra inmortalizó la importancia de los medios para el nuevo sistema político con su frase: "Prefiero un minuto de televisión que 100.000 militantes".
.....realmente de los 35 millones de votantes inscritos solo 18 millones votaron al PP o al PSOE en las últimas elecciones, sin embargo, entre los dos ocupan 296 de los 350 escaños ¿Cómo es posible esto?
1º Gracias a la alta abstención, a la cual no se le da ninguna importancia por parte de medios y políticos, ni siquiera el 70% de la población votó. Es normal que la abstención crezca debido al cansancio de la población en el sistema político, en la alternancia PP y PSOE "Para que voy a votar a otro si no sirve para nada..."
2º Gracias a la ley electoral, otro de los grandes pilares del sistema, un ley perversa elaborada por la UCD para ganar las primeras elecciones con mayoría absoluta, dando mayor peso a los territorios rurales -más conservadores- y quitándole a los urbanos -con un voto más progresista y con fuerte tendencia comunista-. Todo esto gracias a la "ley del dos" que otorga dos diputados a cada provincia a los que se les tiene que sumar en proporción a la población, lo que genera que en provincias con poca población un diputado "cueste" unos 30.000 votos y las provincias urbanas con gran concentración de población llegue a "costar" más de 100.000 votos. Favoreciendo de forma irremediable a los partidos mayoritarios, casualmente los que aparecen de forma continua en los medios de comunicación.
Sólo hace falta un elemento unificador, casi "mítico" que sirva como representante del sistema, que sea intocable e inviolable y que además este recubierto por un aura de heroicidad y ejemplo, en este caso el monarca Juan Carlos de Borbón, mitificado tras el 23-F, y a partir de entonces el ente sobrehumano que merece la devoción de todos los españoles, que ya no es que sean monárquicos no, son "Juancarlistas". Poco a poco, este aura se va rompiendo, y es que un elemento tal no puede mantenerse siempre en ese limbo, y con sus últimas actuaciones está perdiendo ese respeto que se le hizo ganar artificalmente como héroe de la transición y salvador de la nación tras el golpe de estado fallido de Tejero.
Así podríamos resumir a grosso modo nuestro sistema político actual, un sistema que ha dado sus frutos durante por lo menos 34 años (1978-2012), pero que últimamente está desgastándose producto del devenir de la historia y de las contradicciones irresolubles que guarda el sistema capitalista. Este sistema es heredero directo del franquismo, pero es sin duda, una continuación de la "restauración borbónica" del siglo XIX (cumple patrones parecidos que analizaré en otra entrada posterior), la primera restauración cayó al no saber asimilar la sociedad de masas y el progreso y acabó en una dictadura -la de Primo de Rivera-, esta daría paso al primer intento modernizador del estado moderno que se da en España en el siglo XX, la II República, que haría florecer las contradicciones del sistema y eclosionar el movimiento obrero español, finalmente los poderes tradicionales -ejército, terratentientes, burguesía industrial e iglesia- lo echarían por tierra a golpe de sangre y fuego en un golpe de estado fracasado que desembocaría en una cruel guerra civil, posteriormente 40 años de lobotomización y "limpieza" darían lugar a esta segunda restauración borbónica ¿Qué nos deparará el futuro? Eso ya nadie lo sabe, pero un poco de historia comparada nos puede ayudar...
Lo malo es que los españoles en general no están dispuestos a escuchar a la historia, la manipulación de la misma que el franquismo llevó a cabo no ha podido aún ser contrarrestada, ni PSOE ni PP lo han potenciado, unos por miedo a ser identificados con posiciones de izquierda poco votadas y otros por la necesidad de ocultar su pasado. Como mucho aquellos que no tienen definida una opción política vienen manifestándose con la frase " Todos son iguales". Una frase en la que realmente el todo solo está referido a dos partes del panorama político español, al PSOE y al PP, un "todos" que mete en el mismo saco al resto de partidos a pesar de que no hayan ejercido funciones de gobierno y por tanto no puedan ser valoradas en la práctica sus propuestas políticas, sociales y economicas.
Desde el PSOE y el PP se escuchan voces que interesadamente alertan de la ingobernabilidad de España en el caso de que ni uno ni otro partido sean capaces de formar gobierno. Esto, desde un punto de vista democrático es inaceptable. Como inaceptables son determinados pactos entre los dos principales partidos para que sus posibles competidores sean expulsados de la escena política en ayuntamientos y alguna que otra comunidad autónoma, manchando así la democracia al convertir el voto en moneda de cambio para acceder a un poder que las elecciones les han negado, impidiendo que los partidos lleguen al poder por méritos propios en lugar de, como hasta hoy, por los errores del que gobierna y por pactos infumables.
Tal y como también se dice desde "El Carburante de la Historia"
...este sistema no puede ser eterno, ninguno lo es, los procesos históricos acaban tumbando los sistemas que esconden profundas contradicciones
Unas contradicciones que llevadas al terreno de los dos principales partidos españoles no salpican al PP, sus objetivos aunque ocultos y edulcorados son y han sido siempre los mismos, pero que por el contrario dan de lleno en la línea de flotación del PSOE al haberse transmutado en un partido de centro derecha defensor de políticas neoliberales desde todo punto de vista incompatibles con los postulados de una izquierda consecuente.
Muchos ciudadanos se preguntan desde 2012 ¿Donde está el PSOE? , según lo anterior la respuesta es sencilla: Esperando que le toque el turno para gobernar sin importarle realmente el precio que los españoles deban pagar para que lo consiga por desgaste del PP. Su labor opositora al Gobierno está mutilada como consecuencia de muchas de las actuaciones que llevó a cabo en los periodos en los que gobernó y que vienen siendo un hándicap importante para sus intervenciones, pongamos algunos ejemplos:
(1)...fue precisamente el Partido Socialista el que implantó el trabajo precario a fines de los ochenta; los tribunales condenaron a un Ministro del Interior del PSOE, así como a diversos altos cargos, por secuestro y malversación en relación a una banda armada que asesinó a cerca de 30 personas; hubo, y siguen dándose, mil y un escándalos de corrupción; se creó una fuerte y jerárquica burocracia partidista, donde todos se daban codazos de puertas adentro y se colocaban de puertas afuera. El PSOE incumplió pronto su palabra para meternos en la OTAN. Aceptó entusiasmado los tratados europeos que construían una Europa con fortaleza y neoliberal. Se plegó a los banqueros desde tiempos de Miguel Boyer, Carlos Solchaga y la beautiful people, ¿recuerdan? Las privatizaciones las comenzó Felipe González, hoy en Gas Natural. El PSOE fue más duro incluso que el PP al abordar la inmigración, con redadas policiales xenófobas y el fortalecimiento ‘rubalcabiano’ de un régimen que atemorizaba a los sin papeles con las deportaciones y los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE).
Mientras, se mantenían los privilegios de la Iglesia Católica y, de manera vergonzante, no ha dejado de apoyarse a la Monarquía. Nunca se actuó para quebrar la estructura y la cultura institucional heredada del franquismo que se insertaba en la policía, y a día de hoy seguimos sufriendo las consecuencias. Zapatero falló a todo un país cuando dejó su tímido programa a un lado en mayo de 2010 para iniciar, con fuerza, el trágico camino de los recortes sociales. Como es sabido, este tránsito finalizó en una reforma de la Constitución hecha a espaldas de la ciudadanía. Se opusieron a la Guerra de Irak —aunque enseguida nos metieran en Afganistán—, y crearon un Ministerio de Igualdad en una digna política contra la violencia machista. Aunque nunca han hecho ascos a utilizar la represión policial en diversas variantes, saben de su base social y seguramente nunca pondrían a personajes como Francisco Javier Ansuátegui o Cristina Cifuentes como Delegados del Gobierno en Madrid.
Jamás se han atrevido a alterar una estructura fiscal injusta y regresiva. Su política medioambiental, cuando afrontamos una crisis climática monumental, ha sido más de lo mismo: desde medidas para la galería hasta políticas abiertamente antiecológicas. Sobre sus reformas universitarias no hay más que estudiar la puesta en marcha que hicieron de la llamada Estrategia Universidad 2015, que en breve rematará el PP siguiendo la misma línea. Rinden pleitesía a los bancos, como confesó Miguel Sebastián que le ordenaba Pepe Blanco, y son ya demasiados los que abiertamente tratan de colocarse en multinacionales privatizadas cuando se jubilan de la política. Suelen hablar de democracia en público y tirar de despotismo en los pasillos sin despeinarse; lástima produce cuando observas a algún/a joven aprendiz tomando nota.
La postura del PSOE durante los últimos años en el tema fundamental de los desahucios, a pesar de las contorsiones de última hora, es lo que ha causado las últimas deserciones de antiguos simpatizantes. ¿Se puede votar hasta 4 veces en el Congreso a favor de los bancos en este tema? ¿Cómo han sido capaces de sobrevolar indiferentes el profundo dolor de las clases populares de este país, cuando podían haberlo detenido? ¿Quién les va a creer ahora? Más de 500 desahucios al día, que se dice pronto. Familias arruinadas de por vida, suicidios evitables, 400.000 ejecuciones hipotecarias desde 2007, contrastan con los rescates bancarios y con la ya indeleble imagen de Alfredo Sáenz indultado por los socialistas. Sumado al asunto de los desahucios, de la corrupción y al aire fresco que demanda ya tanta gente, la imagen negativa que desprende la actual dirección es otro gran hándicap para el PSOE, quizá el definitivo. Se trata de una dirección gris y sumisa, aún ahíta de poder, que mira mal cualquier intento de cambio interno empeñada en ganar tiempo no sé sabe para qué. Lo peor no es que ya no les creamos, es que han dejado de creerse a sí mismos hace mucho tiempo. Son además tantos y tan profundos los cambios que debiera afrontar una nueva dirección, que lo razonable para los regeneradores sería empezar desde otras coordenadas.
El peso del aparato, de la jerarquía, de la cultura política asumida en su seno, de nuestra propia memoria, es tal, que resulta imposible valerse de ese partido para ningún objetivo de la izquierda. No quisiera resultar injusto con algunas personas de la dirección del PSOE que quizá lleven años luchando contra este estado de cosas. Sólo puedo decirles que, en mi opinión, no es el sitio más adecuado para hacerlo. Es más, el tiempo ha demostrado que nunca lo fue. Los imagino cansados de no conseguir nada.
Las inminentes elecciones europeas pueden representar el batacazo electoral que PP y PSOE se han ganado a pulso. Si el fracaso de ambos partidos llega a producirse se conseguirá una moderación a la fuerza de las políticas sociales del PP y una crisis en el seno del PSOE , mejor dicho un agravamiento de la que ya tienen, y les obligará si o si a replantearse sus políticas y desde luego a desprenderse de su vieja guardia y dar paso a los que tanto tiempo llevan esperando, luego vendrá una larga travesía por el desierto cuya duración dependerá de lo que hagan y no de lo que digan. Sería deseable y muy conveniente que en las próxima elecciones europeas se depositaran votos decididos lo más alejado posible de los denominados "votos útiles" y que antes de decidir a quien dar nuestra confianza escuchemos al menos a todos los candidatos y leamos sus programas, lectura que podemos reducir tirando a la papelera más próxima el programa de PP por falta total de credibilidad y el del PSOE por falta total de coherencia.
(1) Victor Alonso Rocaort en eldiario.es (12.01.2013)
Otras fuentes consultadas: HistoriasigloXX.org